Comienzo preciso para evitar suspicaces, que siempre anidan en la selva de Intet, colgados de ramas blandas, a veces a punto de partirse, con riesgo de que te lluevan idiotas sobre la cabeza. No estoy a favor de penalizar la interrupción del embarazo, pero lo ideal sería que no existieran abortos. Pienso que una sociedad que se da una ley para facilitar esa cirugía está enferma de relativismo, de cortoplacismo, de falta de respeto la vida. Todo aborto es un fracaso, y es además un acto de muerte donde además del feto pierde la vida un trozo del alma de quien lo lleva en su seno.
Dicho esto no entiendo cómo los poderes públicos han mirado para otro lado. En Madrid se ha denunciado muchas veces que en los contenedores cercanos a algunas clínicas se han hallado fetos de gestación avanzada. Silencio. Silencio miedo, el terror a una reacción de la opinión publicada, el espanto de las alharacas de los ‘correctos', de los que piensan que el aborto, más que una derrota de la sociedad, es una conquista social.
Ahora la policía entra en algunas clínicas de Barcelona y se lleva detenidos. Ya una tele del norte de Europa reveló que los abortos se hacían a seres que estaban a punto de obtener el DNI. ¿Para cuándo una inspección del resto de las Clínicas? En Madrid se echa de menos. Sólo aspiramos a que se cumpla la ley. NO es mucho pedir, aunque corramos el riesgo de que al reclamar justicia cambien el texto legal, y aprueben uno peor.
