Ramón SánchezOcaña se desplazó hasta Zaragoza para hacer un repaso sobre la situación actual de la Comunicación en Salud. El periodista más famoso del sector, hasta el punto de que su profesión se confunde con la de médico, acudió al nuevo curso de conferencias organizadas la Cátedra Bernal Castejón 'química y farmacia', donde no dejó títere con cabeza y poniendo los puntos sobre las íes tuvo palabras tanto para los periodistas como para los profesionales de la sanidad. Nadie salió de vacío pero todos se fueron contentos.
'Los medios caemos muchas veces en la espectacularidad para presentar un avance. Y habría que recordar en letras bien grandes que una célula no es un tejido, que un tubo de ensayo no es un órgano y que un ratón no es un ser humano. Porque en ocasiones, de un experento inicial sacamos conclusiones excesivamente optistas'. Así de tajante se mostró Ramón SánchezOcaña al analizar la ‘Salud y los Medios de Comunicación', título de la conferencia que partió.
SánchezOcaña también afirmó durante su soliloquio que los profesionales sanitarios tienen un cierto recelo al acercarse a los Medios de Comunicación y, sin embargo, parece prescindible la colaboración que ‘los profesionales de la Salud y los profesionales de la Comunicación están condenados a entenderse', señaló. Analizó después los medios (con las diferencias esenciales de cada uno) indicando que, en efecto, pueden ser magníficos agentes de promoción de la Salud, pero que no es esa su misión fundamental.
‘Además, (y si antes la crítica fue para los periodistas, también las dirigió a los sanitarios) muchos profesionales de la Salud no tratan sólo de que los mensajes de promoción sanitaria lleguen a la población; sino que tratan de que a través de los medios, se pueda influir en decisiones políticas sobre Salud que no van directamente a mejorar la Salud de la población, sino a satisfacer otros intereses. Es decir, tratan de intervenir en la configuración de la opinión pública'.
Para SánchezOcaña, la divulgación sanitaria no tiene nada que ver con esas noticias sensacionales de una nueva droga contra el cáncer. No tiene nada que ver con los recuadros en los periódicos diciendo que los americanos acaban de conseguir un nuevo fármaco contra la leucemia. ‘Esa es una mala divulgación científica, o una peor divulgación médica. O, dicho sin paliativos, una vulgarización abusando de la buena fe de los lectores que crea unas infundadas y crueles esperanzas', concluyó.
Su concepto de la Salud en los medios puede quedar reflejado en una frase: Informar no es asustar .En el fondo, dijo, ‘puede que la base esté en la necesidad de adquirir una conciencia muy clara de que todas las noticias e informaciones sanitarias se reciben con una especial sensibilidad'. Y eso hay que evaluar muy bien el poder multiplicador de los medios.
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