Estamos hechos de sueños, como dijo el clásico, y algunos han cuajado en la materia del so y la modorra de las malas digestiones. Si Magdalena Álvarez hubiera sido ministra de un gobierno de la derecha, los trenes estarían a esta hora pintados con insultos, cruces gamadas y otros adornos que la izquierda lleva en su caja de herramientas de la agitación y propaganda. Si Álvarez hubiera sido parte de un gabinete de la derecha, las ‘partidas de la ra' socialistas estarían preparando la cesta de piedras y los molotov para asaltar las sedes del Partido Popular.
Quiero que me hagan un vídeo con eso de ayer, cuando dijo que ‘yo seguiré aquí y ustedes a aguantar lo que haga', y que lo pasen en horario de máxa audiencia. El PP debería comprar el prer anuncio de 2008 en todas las televisiones. No me digan que no lo pueden pagar, que otra cosa no, pero pasta tienen. En esos cuarenta segundos se puede hacer un resumen de la legislatura, de todo lo que el PSOE quiere que los electores olviden, del desastre nacional que ha sido la legislatura. Lo pueden armar con el cemento que ha contaminado hasta la rigidez el alma de hojalata de esta ministra inútil, zafia, burra, macarra, que se presenta en la cámara como si fuera una taberna de estación, cargada de orujo, con un aliento que le pones una cerilla y estalla. España no se merece un gobierno que le vomite la borrachera de poder.