La pasada semana hemos asistido a una de las mayores paradojas de los últos años de la televisión. En un programa de Antena 3, el ‘Diario de Patricia', un telespectador se acerca a la productora del programa para contar que quiere reencontrarse con su novia y pedirla que se case. La ‘novia' dice NO en directo, ante toda España… y unos días después, es asesinada su ‘novio'.
Nos hemos hartado de escuchar estupideces y ataques de todo tipo, incluso desde las pantallas de la Cadena Amiga (Telecinco) que continúa con la ruina de los informativos de Piqueras y que sólo sabe extender un poco más el río de basura de los programas como OT. Pues bien, digo que nos hemos hartado de escuchar ‘chorradas'… Hemos oído a María Antonia Iglesias, que va el mundo de salvadora de todo, olvidando su oscuro y manipulador pasado, decir: ‘Les tendrían que quitar la licencia para emitir' (sic). Hemos leído tribunas de opinión, aparentemente blancas, en las que se acusaba a Antena 3 de todo (el artículo de ayer de Alfredo Urdaci es claro en este extremo). Y lo más curioso, cuando no repugnante, ha sido ver como desde las mismas instalaciones de Antena 3, desde Onda Cero, la inigualable, la majestuosa, la diva de las ondas, Isabel Gemío, atacaba con guante de hierro y sonrisa de vestal, a sus compañeros.
Sé, que me lo han contado, que esta historia ha creado una herida, no sólo en la Cadena, sino en los trabajadores.
No se puede evitar, aunque María Antonia, Isabel y otro grupo tante de iluminados, digan que se le veía la cara de maltratador… Entonces, ¿sois o son colaboradores necesarios en el asesinato de esta pobre mujer? Porque si estoy viendo la televisión y veo que el que habla tiene cara de asesino… ¿ cierto cuál es la cara de un asesino?… Llamaría a toda pastilla al fiscal, al juez, a la policía o a la cadena, y les diría que tienen en su programa a un asesino y que fuesen raudos y veloces a detenerle.
Los hombres y la violencia machista, de sexo…
Hace unos días me preguntaba mi hijo el pequeño que qué si él se enfada con una amiguita le pueden llamar maltratador, y si se enfada ella, le dejan, a él, sin recreo…
Zapatero ha hecho muchas cosas mal, otras rematadamente mal, y algunas (pocas) razonablemente bien (es mi opinión). Pero, la que ha hecho rematadamente mal, fue utilizar para ganar las elecciones la violencia doméstica. Zapatero culpaba al Gobierno de Aznar de casi promover esta lacra, prometió y juró (como en el caso de eta) que esta sangría se iba a parar, como los accidentes de tráfico… Lo único que ha hecho ha sido ponernos a todos en el punto de mira. Hoy, no puedes decir nada a una mujer, que puede irse a un juzgado y meterte en el calabozo, sólo decir que el traje no es blanco sino vainilla.
Uno, que no peinar no peina ni canas, empieza a estar hasta la coronilla de este tipo de acciones que maldicen a Dios y a su Padre y alaban a Mahoma. Que son capaces de entretenernos con peleas estúpidas, mientras nuestras cárceles, albergues y demás lugares de ocultación se llenan de pobres inmigrantes que vienen a nado y a nada. Y se atreve el bueno de Caldera a decir que si la Comunidad de Madrid y La Rioja, dejan entrar a más sin papeles el asunto se resuelve…
Y vuelvo al principio. La violencia es violencia. Y si bien es verdad que son las mujeres las que la sufren, mi querida María Antonia de los Gemíos, no somos todos. En Alemania había nazis y no todos los alemanes son nazis, como todos los judíos no son santos, y sino que le pregunten a los pobres palestinos.
Basta ya, ya está bien de hacer uso de un lenguaje que empieza, como empezó Del Olmo, hablando de la tancia de la diferencia y de la riqueza de la lengua de José Luis Carod Rovira… Hoy, en los tribunales, a los que queman ágenes de nuestra prera Institución, salen absueltos, que hablan en catalán… Tolerancia, respeto… Menos palabras huecas y más pasar a la acción, que en lo que llevamos de año, van casi tres mil muertos en las carreteras y el director de la DGT, sigue haciendo la pantoma. Y a nuestras queridas e iluminadas compañeras, que se dediquen a defender las cosas llamándolas su nombre. Yo, las llamo otunistas e intoxicadoras.
Por enca, como profesional, de Antonia y la Gemío, respeto, admiro y creo en Julia Otero. Ella trabaja en la misma cadena que Isabel Gemío, y tratando el asunto con absoluto rigor periodístico, no cayó en ese lugar común que para ella es ¿hasta cuándo? Tan rentable.
Ahora se pondrán el turbante y sacarán sus hachas de guerra. Olvidando que en Afganistán, Corea, Irán… Las mujeres siguen siendo de segunda, y esto sí es un problema para levantarse de la silla y luchar ellas. Pero esas ellas, no son las que interesan. Están demasiado lejos. ¡HIPÓCRITAS!
A volar con IBERIA...
PEDRO APARICIO PÉREZ
DIRECTOR DE PRNOTICIAS