El cren ha vuelto. Es como un guión previsible. Tanto, que todos sabían lo que tenían que hacer, todos estaban preparados: declaración institucional, foto de grupo en el Congreso, Rajoy en su sitio, en ese del que no se ha movido. Me pasma la torsión de los hechos que publica un diario dependiente: "El PP vuelve al consenso". Hace cuatro días los socialistas y sus acólitos mantenían la oferta de diálogo a la banda. El PP se quedaba solo. Y ahora ¿vuelve al consenso? Zapatero vuelve a casa Navidad. Sabe que Rajoy no va a hacer otra cosa. Pero lo tante es que al cierre de la legislatura, con el banquete al que fue invitada Eta arruinado, no queda otra que decir que vamos a ellos. ¿Quién va? ¿Zapatero? Ha tenido cuatro años, y ANV sigue ahí, instalada, violenta, subvencionada, gracias a Zapatero.
Y mientras se lloraba a Raúl Centeno, los nacionalistas desfilaban Barcelona, a lo suyo. Ni una pancarta, ni un lema, ni tan solo una alusión al cren terrorista.










