Es un detalle, pero a veces los detalles son tantes. El Mundo y sus trabajadores ya están instalados en su nueva sede y los redactores no terminan de situarse en su nuevo hábitat. El problema es que algunos ya han advertido que el nuevo edificio en la Avenida San Luis está poco comunicado y no cuenta con las comodidades del viejo inmueble de Calle Pradillo. Según hemos podido saber, el principal problema son las dificultades para llegar al recinto en transte público. Un metro lejano y algunas líneas de autobuses son las únicas formas de llegar para quienes no tienen coche. Es más, la llegada al nuevo edificio esta mañana después del Puente, no ha sido todo lo expedita que se esperaba. Esto sin contar con las pocas comodidades que tiene el entorno del nuevo edificio.
La principal crítica en este sentido son los pocos restaurantes disponibles. En el caso de Pradillo, eran muchas las zonas donde se podía comer, a diferencia de la Avenida San Luis donde es muy difícil encontrar un sitio colindante donde se pueda comer tranquilamente. Un Telepizza y algunos bares cruzando las zonas verdes, son parte de la escasa oferta de restauración del lugar. Y es que El Mundo, a diferencia de El País, no tiene un comedor corativo.
A pesar de ello, este nuevo edificio es más amplio y permitirá tener mayor espacio para que los redactores puedan desarrollar su trabajo. La construcción ha sido acondicionada con nueva tecnología, lo que permitirá mayores comodidades que las que se tenía en Pradillo. Una de cal y otra de arena.
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