En tiempos en los que la seguridad vial es un tema de absoluta actualidad, en que acaba de entrar en vigor la reforma del Código Penal en esta materia, se ha presentado el Plan de Seguridad Vial para Motos y multitud de compañías incluyen la seguridad y la educación vial dentro de sus programas de Responsabilidad Social Corativa, quizá no pensamos suficiente en los medios de transte público: ¿cómo viajamos en autobús urbanos o de línea, en tren o en taxi? ¿Cómo viajan los niños en los autobuses que los llevan al colegio? ¿Existe suficiente control? Parece que sí: se controla lo que hacen los conductores, aunque no está de más, ya que en los últos tiempos varios han sido denunciados dar positivo en sendos controles de alcoholemia. Además, los agentes que llevaban a cabo los controles han descubierto más fallos: falta de acompañante, de martillo rompecristales o de extintores.
A principios del mes de octubre dos conductores gallegos fueron denunciados dar positivo en sendos controles de alcoholemia en su horario de trabajo: el prero de ellos, que arrojó una tasa seis veces superior a la permitida, regresaba de un servicio con el autobús vacío, después de dejar a los niños en el colegio; el segundo, que aún llevaba 12 niños en el autocar, cuadruplicaba la tasa máxa permitida. En ambos casos, los conductores han sido suspendidos de empleo y sueldo.
A principios de este mismo mes, otro conductor gallego fue sorprendido mientras llevaba al colegio a un total de 19 escolares con una tasa de 0,23 miligramos de alcohol aire espirado. En ese momento, el autobús fue inmovilizado y se fletó otro para transtar a los niños al centro.
Por otro lado, la Policía Local de Valencia ha efectuado entre el 14 de noviembre y 15 de diciembre 129 controles preventivos debido a los que han efectuado 184 denuncias irregularidades como falta de acompañante (30), de la autorización de la Consellería de Transte (18), del tacógrafo (12) y de extintores (11). Además, se efectuó una denuncia a un autobús con más de 16 años y a tres más que circulaban con las ventanillas rotas y, como no, dos excesos de alcoholemia.
En todos los casos, los agentes comprobaban visualmente las faltas: si era necesario (como en el caso del exceso de alcohol) se inmovilizaba el vehículo; si no, y para no causar trastornos en el horario de los niños, se dejaba al conductor seguir su ruta, pero se le citaba más tarde en un punto para contrastar las infracciones apuntadas los agentes.
En definitiva, además de inculcar a los niños la responsabilidad vial y cívica pata cuando viajen en transte público, se debe inculcar a los conductores la responsabilidad las vidas que transtan, aunque sea mediante el estableciento masiva de controles.
Seguiremos Informando…










