No pueden conducir nosotros, nos dejan tirados a la intemperie si queremos fumar, nos quitan del alcohol, nos recomiendan las manzanas, y ahora nos indican el conejo como menú navideño, no sabemos si como forma de aumentar la natalidad o como plato libre de colesterol, sano, digestivo y sin plumas, que hay algunos alérgicos que no toleran el plumón ni en pintura.
Zapatero dijo, al comentar los precios del pasado mes, que la cosa había terminado. Ese fue el día en que empecé a ahorrar y a comprar conejos de forma disulada, para llenar mi despensa frigorífica con cadáveres de conejitos de granja. Les quito la cabeza, que me parece obscena, con esos ojos como del Dioni, blancos y protuberantes. Tengo decenas de conejos, y no pienso compartir. Si el gobierno me pide que abra mi casa a las masas desnutridas que no podrán indigestarse de langostinos, le daré con la puerta en las narices. Yo veía venir esto. Mi mérito de preverlo es mío, y no pienso ceder. Si el conejo sube de precio veré de vender unos cuantos para comer langosta, al menos en fin de año.
Creo que nuestro gobierno se ha equivocado al anunciar el consejo para que todos comamos conejo, que ahora subirá el precio de venta al público una barbaridad. SE va a poner el conejo las nubes, y eso contribuirá a arruinar las previsiones de Zeta, que es que, cada cosa que toca se arruina. No pueden conducir nosotros pero comerán almejas a nuestra salud, mientras nosotros nos dedicamos al mejillón, que es también pieza de concha, pero de más edad. Van a estar ustedes sanos sanos, pero arruinados. Van a pasar el año a 80 hora, sin colesterol, sin tabaquismo, muertos de frío y comiendo mierda. Si hacemos caso de esta cuadrilla de necios que nos gobiernan seremos como las hienas, que echan un polvo al año y aún se ríen.










