LATAM (31/12/07) ‘El ataque del presidente, que en Colombia es tremendamente peligroso, es relacionarnos con la guerrilla o con los sectores armados'. Así se refiere el periodista Hollma Morris a los numerosos informadores que se han visto vinculados con grupos armados y han tenido que abandonar Colombia al verse amenazados. De hecho, asegura que las amenazas de muerte que viene recibiendo se han acrecentado desde que el presidente Uribe le relacionó con las guerrillas. Desde entonces, es objeto de seguientos, interceptaciones telefónicas y amenazas. Coménteme, ¿dónde se encuentra actualmente?
Ahora he salido de Colombia y estoy haciendo una especie de gira para sensibilizar sobre la situación de la libertad de prensa en Colombia. También acabo de recibir el premio Human Rights Watch, uno de los galardones en derechos humanos más tantes del mundo y que me ha servido para salir del país y para sensibilizar a ciertos sectores de opinión de Estados Unidos y ahora Europa sobre el tema de la libertad de expresión en Colombia y especialmente sobre los ataques del presidente Álvaro Uribe a algunos periodistas y a la prensa más crítica en Colombia.
Ha tenido un fuerte roce con el presidente Álvaro Uribe.
Sí, el presidente me descalificó. Uribe intentó vincularme con las guerrillas. Dijo que había periodistas que tenían contacto con las guerrillas para grabar atentados, algo que es totalmente falso. Hollman Morris no hace ese tipo de alianzas. Y cuando se le pidió y exigió que rectificase, splemente sacó dos líneas en Intet diciendo que fue una lamentable equivocación. Desde ese año hice saber al gobierno que eso no era para mí una disculpa y que no se podía comparar la repercusión y difusión que habían tenido sus explicaciones con sus señalamientos hacia mi persona.
Esto me ha generado una gran cantidad de problemas, desde seguientos hasta intercepciones telefónicas ilegales y una gran cantidad de amenazas
¿Es desde estas acusaciones cuando comienza a recibir amenazas?
No, los últos nueve años he venido recibiendo amenazas mi programa en televisión y trabajo de derechos humanos pero se acrecentaron después de este ataque del presidente Uribe.
Freddy Muñoz, William Parra, ahora usted. ¿A qué se debe que tantos periodistas se vean vinculados?
Y más informadores. También Daniel Coronel de Noticias 1, Gonzalo Guillén del Miami Herald… pero no solamente hemos sido periodistas, también han sido atacados senadores de la República como Rafael Pardo, también defensores de derechos humanos y líderes sociales. Y siempre el ataque del presidente, que en Colombia es tremendamente peligroso, es relacionarnos con la guerrilla o con los sectores armados. Algo que le falta totalmente a la verdad.
Muchos de estos periodistas son y participan en Telesur ¿Hay algo contra esta cadena?
Mi programa sale en Telesur. Para mi no es un ataque contra Telesur, es un ataque sistemático contra aquellos periodistas que estamos revelando la verdad en Colombia, a los que estamos haciendo preguntas incómodas, a los que estamos poniéndoles el micrófono a las víctas para denuncias, los que estamos revelando hasta donde llegaron las relaciones entre los paramilitares y los políticos en muchas ocasiones, cuáles son las relaciones con el narcotráfico. Hoy es Telesur, mañana en Mirami Herald y al otro día es Contravía, que es el programa que yo dirijo, y al otro es Human Right Watch…
En una de sus visitas a España el ministro de Defensa de Colombia, Manuel Santos, nos comentó que el presidente Álvaro Uribe estaba realizando una buena labor en materia de libertad de expresión. ¿Cómo ve estas declaraciones?
Creo que es totalmente falso. Prero, el ministro de Defensa debe responder a los colombianos quién ordenó la interceptación de más de 200 líneas telefónicas en Colombia. Líneas que pertenecían a periodistas, a cuerpos diplomáticos acreditados en Colombia, a la Cruz Roja Internacional… El país supo que a raíz de este incidente se despidió a algunos generales pero todavía no sabemos qué ha sucedido con el material interceptado y quién las ordenó.
Intidaciones, autocensura… ¿Es esta la realidad del periodismo en Colombia?
El últo estudio del Observatorio de Medios de la Universidad de la Sabana revela que lo menos de un grupo de 200 periodistas entrevistados, más de la mitad revelan que sigue existiendo autocensura y que muchos periodistas en Bogotá se sienten presionados y aplican autocensura. No puedo decir que sea la realidad en Colombia, a pesar de que donde se vivió el conflicto eran en las regiones y es donde los periodistas más se exponen, se decía que en Bogotá no existía esta realidad pero nos estamos encontrando que sí existe.
A pesar de las numerosas amenazas que ha recibido aún tiene fuerzas para seguir denunciando estos hechos. ¿De dónde las saca?
Tengo ejemplos en mi vida como los líderes sociales, defensores de derechos humanos y líderes indígenas que a pesar de las circunstancias más adversas y de estar en el centro de amenazas en las regiones más olvidadas del país siguen ahí luchando. Para mi eso es fruto de inspiración y de ejemplo. Gracias a las comunidades que tengo en Bogotá no renunciaré y que creo que así como este trabajo me ha creado grandes consecuencias como amenazas, también pienso que me ha generado grandes satisfacciones.
¿Qué es lo que le atan premios como el que ha recibido recientemente, el Human Rights Watch?
Hay un ate tantíso que es un blindaje político para todos aquellos que nos vemos envueltos en todo este tema de amenazas. La única arma que tenemos para defendernos es nuestra palabra, pero también cierta solidaridad internacional que nos eleva el perfil y mandan un mensaje que viene a decir que atentar contra nuestra vida tiene un coste. Hablar así puede ser muy duro pero somos personas.
¿Qué organizaciones le protegen?
Tengo que reconocer la solidaridad y el apoyo de Human Rights Watchs. De sus directivos, de sus dirigentes en Estados Unidos, su labor es muy tante. Por supuesto que también los diferentes gobiernos que respetan mi trabajo como Canadá, embajadas, Reteros sin Fronteras, Amnistía Internacional…
Un deseo para Colombia
Que sea una Colombia cada día más justa.
