Alguien me pidió un resumen anual y salvé de la papelera tres o cuatro noticias. No son más las que quedan en el equipaje que tenemos que llevar al 2008. Hay noticias que cierran el pasado y otras que se abren al futuro como cuevas en la ladera, como fauces de Leviatán, o como un amanecer en Marraquech, entre palmeras, con el Atlas nevado al fondo.
Se cierra el 11M y se pierden los ecos de la división nacional. Se pierden el ruido y la furia, pero todavía tendremos que esperar hasta marzo para recoger los cadáveres políticos de esta legislatura. EL gobierno ya dice que ha sido la más brillante de la democracia. Podían haber elegido otra denominación de origen. Podían haber dicho que ha sido la mejor legislatura de estos últos cuatro años.
Se abre a la realidad de que se ha terminado el tiempo de los alentos baratos. El biodiesel y la fuerza de la demanda de China e India han puesto los productos de la agricultura las nubes. Esto provocará cambios, y quizá la vuelta a la tierra, a esas tierras que dejamos de cultivar. ¿Recuerdan que la Unión Europea paga a los agricultores para que no siembren sus campos?
Anoto también el hallazgo de que con células de la piel se pueden hacer células madre, y no hace falta utilizar embriones. Casi todo lo demás me parece hojarasca, ruido, salvo ese asesinato de últa hora en Pakistán, que nos dice que el terrorismo islámico reconoce su fracaso en Irak y traslada a sus suicidas a Rawalpindi.
