El riñón y la presión arterial van de la mano en el complicado mundo de las enfermedades y de la Salud. El riñón regula la presión arterial, y el incremento de ésta condiciona una serie de cambios en el riñón. La disfunción renal puede ser causa de la hipertensión y la hipertensión de la disfunción renal. Ambas enfermedades son muy frecuentes en la población, sobre todo en personas mayores de 60 años, lo que hace que su tratamiento y su investigación en conjunto sean necesarias.
El riñón regula la presión arterial controlando la excreción de agua y sodio de manera que la mantiene dentro de límites acordes con las necesidades del momento. En determinadas circunstancias en las que existe una alteración de la función renal, el sodio y el agua no son excretados de manera adecuada a través de la orina, y esto condiciona un incremento del volumen intravascular que dará lugar a un aumento de la presión arterial.
El incremento de la presión arterial condiciona una serie de cambios adaptativos en el riñón que inicialmente defienden al riñón frente al incremento de la presión arterial. Si la HTA no es tratada y controlada adecuadamente, a largo plazo, estos mecanismos defensivos del riñón fracasan y aparece la lesión renal.
A pesar de todos estos avances, Rafael Santamaría Olmo, miembro de la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y Facultativo Especialista del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, asegura que 'aún existen múltiples preguntas responder'. La investigación en la relación entre HTA y enfermedad renal 'debe ir encaminada a describir con mayor detalle los mecanismos los que defectos de la función renal causan hipertensión y los mecanismos los que se produce el daño renal asociado a la hipertensión'. El avance en el conociento de estos mecanismos 'permitirá desarrollar estrategias de tratamiento que mejorarán el pronóstico de los enfermos afectos de HTA y/o enfermedad renal'.
Ambas patologías son de las más frecuentes entre la población. Se esta que la hipertensión arterial afecta a un 35% de la población mayor de 18 años y a un 68% de la población mayor de 60 años. La enfermedad renal crónica (ERC), aunque en menor centaje, también está en aproxadamente un 10% de los mayores de 18 años y en más del 20% de los ancianos.










