¿Qué podrías hacer con 50 000 euros? Comprarte un coche de gama alta, dar la vuelta al mundo en 80 días, poner 2 páginas de Publicidad en EL País, invitar a tus amigos a un crucero las islas griegas, donarlos a una ONG, invertirlo en bolsa o comprar al editor de una publicación sectorial para que en sus editoriales hable bien de tu causa, y mal de la del contrario, aunque en este caso, el contrario es el propio gremio al que pertenece.
El coche es útil; dar la vuelta al mundo, interesante; publicitarte en El País, rentable, según a quien quieras llegar; un crucero con tus amigos, divertido; donarlos, solidario; invertirlos, un buen negocio; pero comprar al editor cuyas editoriales sólo las lee él y tres colegas, es una auténtica gilipollez, con perdón. Lo mismo pensó el que recibió la oferta y decidió rechazarla en varias ocasiones. Harto de que ignoraran su ‘propuesta' el editor en cuestión ha optado dejar las medias tintas y pasar al ataque. O lo que es lo mismo, cargar su ira contra aquellos que han osado rechazar el pago del puesto revolucionario.
Como cada vez son más los que han decidido no ceder al chantaje, y su amigo Lamela está entretenido con Transtes, no parece que se avecine un buen año para nuestro editor. De momento, se ha tenido que quedar sin los 50 000 euros en los que había valorado sus editoriales, pero no serán los únicos que deje de embolsarse. ¿Afectará esta crisis económica también a sus saraos estivales?
Los murciélagos nunca duermen…










