Uno de los grupos más vulnerables del sector de la automoción son los niños, que su peso y estatura están en situación de seria desventaja en caso de accidente de tráfico. Por eso, continuamente se hacen innovaciones los sistemas de retención infantil, que deben evitar que los niños salgan despedidos en caso de choque. Además, desde hace unos meses, una directiva europea obliga a los autobuses escolares a disponer de sistemas de retención específicos para que viajen los más pequeños. Y es que, aunque el uso de los sistemas de retención en automóviles particulares es prácticamente totalmente generalizado, la cosa cambia cuando hablamos de transte público. Taxis o autobuses aluden al precio y la falta de espacio para evitar instalar sillitas especiales y, aunque la mayoría de los autobuses de transte escolar incoran cinturones de seguridad, muchas veces los niños no los usan o éstos no se adaptan a las necesidades de su peso y estatura.
Por este motivo, en cumpliento de la últa directiva de la Unión Europea al respecto, la empresa Kidy Froh ha sacado al mercado un dispositivo de retención con cinco puntos de sujeción que se adapta al asiento del autobús y sirve para niños de entre 3 y 11 años o hasta 1,20 centímetros de estatura o 40 kilos de peso.
El dispositivo salió a la venta el pasado otoño con un precio de 199 euros y, según responsables de la empresa, ha tenido una magnífica acogida tanto en España (donde, sin embargo, al principio fuos reticentes a adoptarlo) como en el resto de Europa. Además, según fuentes de la compañía, ha suscitado interés parte de asociaciones de padres, colegios e incluso administraciones.










