La Asociación Española de Derecho Farmacéutico y Bayer Schering Pharma hicieron entrega anoche, en el Hotel Ritz de Madrid, del sépto Premio Periodístico ASEDEF, en un acto que contó con Ramón Sánchez Ocaña como maestro de ceremonias. Los galardones, que tienen como objetivo premiar a los profesionales que destacan en su labor de divulgación en medios de comunicación del buen uso de medicamentos, han recaído este año en Manuel Torreiglesias y en Hernán Díaz. El jurado ha premiado al director del programa de salud de TVE, Saber Vivir, el retaje ‘Errores al tomar medicamentos' y ha otorgado el accésit al redactor jefe de SaluDiario el artículo ‘Usuarios responsables, medicamentos eficaces'.
En su discurso de agradeciento, Torreiglesias sorprendió al público partida doble. En prer lugar, al afirmar que al principio de su carrera veía a los medicamentos como ‘enemigos' para el cuerpo humano y a más de uno le causó admiración el pasado ‘hippie' del sobrio presentador de ‘Saber Vivir'. Luego reconoció que había dejado atrás estas creencias y confesó que todo el mundo debería ‘rezar, ponerse de rodillas y agradecer a la industria farmacéutica todo lo que los medicamentos nos han dado'.
El segundo ‘shock' de la velada llegó cuando el conductor de Saber Vivir explicó a qué iba a destinar el premio concedido. Cuando todos los asistentes esperaban escuchar que los 6000 euros del premio iban a ser destinado a fines sociales o benéficos (al menos esa es la presión que Torreiglesias iba causando en su alocución) el flamante informador sanitario dejó de piedra a medio auditorio al anunciar que se ‘zamparía' el premio de ASEDEF en Galicia, con su equipo, organizando una ‘laconada' todo lo alto. Laconada a la que, cierto, invitó a la viceconsejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Belén Prado, presente en el acto, dando a entender que los demás se quedarían ‘a dos velas', osease, compuestos y sin lacón.
Pero para ser justos, debemos reconocer que Torreiglesias también tuvo emotivas palabras para los farmacéuticos, que al fin y al cabo, eran quienes les entregaban el premio. Entonces, un transformado y entrañable Manuel dijo unas de esas frases que dejan huella: ‘si tengo una farmacia al lado de casa, estoy más seguro'. Posteriormente el público rompió en aplausos.
Más comedido, y algo más tímido (en algo se tiene que notar ponerse todos los días delante de los focos y ante millones de espectadores) estuvo el segundo premiado, Hernán Díaz, que acudió al acto con toda su familia, bebé y carritotabebé incluidos. Aunque su discurso fue breve, parece que ser que en casa es más charlatán ya que, nada más subir al estrado, su hija empezó a llorar con fuerza en lo que se puede traducir un: ¡ favor papá, cállateeeeeeeeeeeee! Díaz abogó una información sanitaria sencilla, alejada de tecnicismos y que llegue al máxo número de personas posible.
La velada se cerró con un toque original, todo un concierto de la banda jazzística Jazz Lemon que, versionando temas conocidos, consiguen un nuevo sonido en cada pieza musical. A ellos se unió el rapsoda Celedonio, que intercaló ripios de Antonio Machado, su hermano Manuel o incluso Joan Manuel Serrat para clausurar una gala farmacéutica a ritmo de jazz y lírica.
