Un día te dije que estabas aznarista, cuando aquello del ‘España va bien'. Fueron los días en los empezabas a aferrarte a la economía, que la Eta te había dado calabazas, se habían reído de ti, el engaño había terminado y el en el juego de pillos te habían robado las canicas y la cartera. Nos enseñaste la hucha, y todo desde entonces era fardar de pasta, billetes de quinientos y mucho oro, el ‘colorao' que dicen todavía algunos chelis cincuentones en Madrid.
Ahora me permitirás que te suelte que te veo muy en plan Bush. Aquella vez de lo de Aznar te molestaste, y se te notó el pique la tele. Ahora espero que encajes con detividad, que estamos en campaña y queda mal que se te vea el juego. Vienes en plan Bush con tus cheques, aunque un poco más tacaño, que si aquel regala 600 dólares, aquí nos das 400. Un poco miserable. Hay otra diferencia: allí reconocen la crisis, y aquí se tiran billetes la ventanilla del coche oficial mientras se niega que las cosas van mal.
Es curiosa tu forma de repartir el superávit. Les quitas a las clases medias para regalárselo a los ricos, con un estilo caciquil de comprar los votos. Has pasado la legislatura provisando, pero en el día a día se construye todo menos la victoria.
