Caras conocidas, y en cada Congreso más caras. Lo de ANIS es digno de merecer que convocar a tantos periodistas del mundo de la Salud para un Foro en Santa Cruz de Tenerife que se desarrolla en poco más de 24 horas es para alabar. Sí, y también el compromiso de todos. De organizadores y socios, de los que dan la cara y de los trabajan en la sombra. Todos forman, bueno formamos, una gran familia. Con sus historias, claro, como en todo buen hogar. Y eso fueron ni más ni menos que 145 periodistas acreditados. La mayoría de Madrid y Barcelona pero no era raro encontrarse con un multidisciplinar redactor de Linares, con algún novato informador o con algún espontáneo especializado en turismo que dejaba ausente su silla en la sala del evento. De igual manera, había madridista no dudaba en recordar tiempos peores en los que su equipo perdía dos ligas en el estadio del Tenerife, el Heliodoro Rodríguez López. Que se encontraba aledaño al hotel.
Y el Congreso no dejó malas sensaciones entre los presentes que lo calificaron de notable. Quizás demasiados foros y a lo mejor muy seguidos que casi cuando todavía el personal estaba digiriendo las turbulencias del aterrizaje del avión, los protagonistas de la inauguración daban la bienvenida. ¡Ah! Y si hay que quejarse algo, el postre de la comida del sábado no parece que agradó mucho entre el personal.
Se echó de menos a algún cargo con más renombre entre las autoridades, a algún asistente del pasado año o incluso a alguna anunciada presencia, pero cabe reconocer que hubo algunas sensacionales ponencias; muy trabajadas y también muy aplaudidas.
Gustó mucho el debate y la ponencia más cercana a nuestra profesión, en la que se hablaba de lo nuestro, de cómo y sobre qué medios podremos trabajar en un futuro. Moderada la mesa Juanma Barberá, vicepresidente de ANIS, contó con la presencia del Director de Publicaciones de La Razón, José Antonio Vera. Y también con la de dos grandes profesionales como son Miguel Ángel Catalán, editor de Muy Interesante e Ismael Nafria, subdirector de PRisacom.
Gustó también a aquellas personas que con su resaca habían conocido la noche precarnavalesca de Tenerife, tras la genial cena y copeo, en donde el buen rollo y las relaciones sociales se pusieron sin ninguna duda.
Fue un congreso más sí, pero al celebrarse en el lugar que se hizo y con la buena predisposición a pasarlo bien que siempre llevan en el cuerpo los informadores (un piropillo nunca viene mal), el posible cansancio de los dos intenso días se hizo mucho más llevadero. Valga de ejemplo para otras ediciones, pero también de felicitación. Hasta la próxa, compañeros…










