Le cantarán aquello de "happy birthday…." Con una tarta sobre la mesa. ¿Quién la corta? Una rubia Princesa entona la canción con voz más firme que aquella otra célebre que se equivocaba en el tono y en la cadencia, y en la caída de ojos. Alrededor, la familia, la mejor construcción de este todavía joven aspirante a la Corona. LO ha hecho bien. Se ha preparado, se ha casado amor, y espera su turno con paciencia.
Sabe él y sabe ella que no lo tienen todo ganado, sino todo hacer. El padre tenía un gran poder cuando llegó, su hijo lo tiene litado. El padre se enfrentó a los perros militares del 23 de Febrero. El Príncipe tendrá en el separatismo vasco, gallego y catalán su propio golpe de estado, en el que demostrar sabiduría, carisma, y capacidad para distinguir en quién se puede apoyar y a quién debe rechazar.
¿Y el Rey? La gran empresa pendiente: hacer una sucesión ordenada. Que le dejen.










