Ya todos sabemos que el Tomate ha caído y qué lo ha hecho. Un programa incómodo y chivo expiatorio de un tipo de periodismo repudiado muchos, pero seguido otros tantos. Un espacio que llegó donde otros nunca lo hicieron. Festinaron con políticos, empresarios, modelos, cantantes, actores e incluso la Famila Real. Tal vez demasiado lejos. El Tomate se caracterizó durante estos últos meses trascender el ámbito de la prensa rosa y famosillos y gente del espectáculo. Evidentemente siguieron nutriéndose de ellos, pero apostando también seguir a políticos, detistas y empresarios. Personajes de la vida social que comenzaron a verse acosados un incómodo Tomate que hacía del mal gusto y de la intromisión en la vida privada su bandera de lucha.
El Tomate comenzó a ser incómodo no solo para las Belenes Esteban o los Kilos Matamoros de turno. Fueron más allá y Aznar, Zapatero y la propia Familia Real comenzaron a ser objetos de las ‘burlas tomateras' y de las especulaciones del programa. El pasado vies ocurrió un hecho que puede ilustrar esta situación y que sin explicar la caída del programa, nos da algunas pistas
Ese día al Tomate se le ocurrió hablar de la vida privada del Rey, hablando directamente de algunas personas cercanas al Monarca en algún momento de su vida. Se habló de dos mujeres, una cercana al mundo del espectáculo y otra residente habitual de Mallorca, decoradora de la Isla y muy conocida en el lugar. Y fueron más allá. Dieron su nombre y apellido e indicaron que estaba casada con un ingeniero, dando algún detalle más y alguna anécdota. Incluso sacaron de sus ágenes de archivo unas de la susodicha.
Desde luego que el Tomate se convirtió en un programa muy incómodo y no se descartan presiones sufridas en Fuencarral, ya no de la Casa Real, sino que de una serie de personajes de vida española (de los realmente tantes) precipitaron su cierre. Esto sin descontar la evidente caída de la audiencia y el agotamiento de la fórmula, argumentos que están fuera de cualquier discusión.
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