Según el doctor José María Pérez y Pérez, es prescindible la presencia del médico oftalmólogo en los Centros de Reconociento de Conductores (CRC), como vigilante de que la visión del conductor es la correcta para mantener una buena seguridad vial. Pérez y Pérez ha hecho estas declaraciones en el marco del IX Ciclo de Conferencias Fórum del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA). La necesidad de la presencia del oftalmólogo en el CRC durante todo el tiempo que éste permanece abierto es el debate principal de la reforma del Reglamento de estos centros, que está previsto que entre en vigor antes de que finalice la legislatura, ya que ni los propios interesados se ponen de acuerdo sobre ella.
La Asociación CRCOnline defiende que exigir la presencia del oftalmólogo en el centro incide negativamente sobre la calidad de la asistencia que se lleva a cabo en éste, ya que, puesto que el especialista no puede permanecer en él durante toda su jornada laboral, o bien la consulta permanece abierta menos tiempo del reglamentario, o peor, los reconocientos no son hechos el especialista.
En la posición contraria se sitúa la asociación Ascreme, que, al igual que el doctor Pérez y Pérez, defiende que sea obligatoria la presencia de todos los especialistas (médico, psicólogo y oftalmólogo) durante las horas de apertura, ya que ‘sólo así se podrá considerar, desde el punto de vista médico, una correcta aptitud encaminada a la seguridad vial'.
Aunque la presencia del oculista no es la única disyuntiva, ya que la propia legislación actúa en ocasiones como obstáculo. A modo de ejemplo, el ponente ha ilustrado esta afirmación con una de estas paradojas de la ley: una persona cuya visión esté debajo de 0,5 (entendiendo 1 como la visión perfecta) no puede conducir; sin embargo, a una persona que tenga 0,5 y que pudiera llegar a 1 con el uso de gafas, el oftalmólogo no puede obligarle a usarlas, ya que sobrepasa el míno exigido, es decir, no se exige la visión máxa, sino que se computa a partir de un míno.
