Esa mano que se posa sobre el familiar para pronosticar a su oído que será una enfermedad grave, ya no es la de Rajoy. Esa larga mano es la de Zapatero. EL mismo día que daba a la prensa su cartel con el eslogan ‘Razones para creer. El gobierno del empleo', el paro pegaba un rejón hasta el cayado de la aorta de nuestra economía.
Dice Caldera, ese botarate contenido para dar buena agen en la campaña, que esto es sólo en un sector, que los daños son litados y no hay efectos colaterales. Es probable que Caldera confíe en que en este país la enseñanza socialista haya hecho su labor y nadie sepa nada de economía, pero me temo que el sentido común y la experiencia de los próxos, les dice a los españoles que esta es grave, muy grave, y que el gobierno sigue mintiendo para que pensemos que no.
Salió Caldera y dijo que tiene un plan. ¿Ahora que el gobierno ve amenazadas las elecciones tiene un plan? ¿Ahora que el gobierno no puede legislar tiene un plan? Zapatero, ese hombre que no ha dedicado dos tardes a la economía (‘de eso se ocupa Solbes', le dijo a Rajoy), tiene la virtud de arruinar todo lo que toca. Pepiño le dedicó hace unos días un vídeo. Hablaba de Él. Pensábamos que era Rajoy. ¡Malpensados! Era un elogio a su jefe.
