LATAM (07/02/08) Lo necesario para escribir una buena novela es ‘mirar para adentro y saber qué es lo que quieres contar en un momento dado, tienes que estar concentrado en tu sensibilidad interior'. Así lo confirma el escritor galardonado en el IX Premio Alfaguara de novela y guionista peruano Santiago Roncagliolo, quien empezó a escribir para ‘inventarse un mundo mejor'. Para Roncangliolo, ‘todo periodista es un escritor', la única diferencia es que para escribir un libro periodístico ‘tienes que mirar hacia fuera y escuchar lo que está diciendo la gente'. En una novela, ‘tú eres el dueño de la fiesta'. Tu novela Pudor ha sido llevada al cine. ¿Qué se siente cuando una de tus creaciones se lleva a la gran pantalla?
Es una sensación muy extraña sobre todo el día del estreno con todo el público alrededor. Es muy bonito ver como todos los personajes cobran vida y cómo se parecen o no a lo que tú habías concebido originalmente. Es algo así como si los chicos se fuesen de casa. No siempre hacen lo que tú esperabas pero siempre siguen siendo los mismos que tú creaste.
También ha escrito para niños, ¿qué es más difícil complacer al público adulto o al infantil?
Les gustan cosas distintas. Pero lo más difícil de los niños es su exceso de sinceridad. A los adultos si no les gustas algo tratan de disularlo o te dan argumentos muy sofisticados, en cambio, si a los pequeños no les gusta la historia te lo dicen a la cara. Eso les convierte en un público muy sincero, cuando algo les gusta realmente les gusta mucho. A pesar de todo, creo que hago historias para niños que también pueden leer los adultos, son historias con más aginación y con más libertad y fantasía que el resto de historias.
Ha estado en México, ¿es real esa falta de libertad?
Bueno, en algunas zonas de México y en determinados temas periodísticos realmente cabe la posibilidad de que puedas recibir una bala en la cabeza. Pero también hay notables periodistas en México. Yo no he sido periodista y como escritor no he tenido problemas.
Usted ha trabajado como ‘negro literario'…
Sí, bueno, he escrito discursos políticos y las memorias de una persona pero que no era famosa, que splemente quería hacer recopilar sus memorias para su familia. No he trabajado para nadie que sea conocido. De todas formas, no puedo aguarle la carrera a nadie.
¿Se sienten los escritores latinoamericanos obligados a contar lo que sucede en América Latina?
No todos. A mi me interesa, pero no creo que sea obligatorio del todo. De hecho, lo que me interesa cuando hablo de temas políticos latinoamericanos es hablar de temas universales, es decir, ejemplo, el libro que estoy presentando ahora que es más o menos periodístico, es sobre un terrorista peruano que se llama Abael Guzmán. Pero España al igual que Perú, es también un país que sabe lo que es el terrorismo y que sabe lo que es una Guerra Civil lo que también habla de ellos.
¿Es cierto el rumor de que todo periodista puede ser también escritor de novelas o hay que nacer con un talento especial?
Creo que todo periodista es un escritor. Yo hago las dos cosas y creo que la diferencia principal es que para escribir una novela tienes que mirar para adentro y saber qué es lo que quieres contar en un momento dado, tienes que estar concentrado en tu sensibilidad interior. En cambio, para escribir un libro periodístico tienes que mirar hacia fuera y escuchar qué es lo que está diciendo la gente y qué es lo que está pasando. Mientras que en una novela siempre eres tú el que mandas, eres el dueño de la fiesta, en un libro periodístico no puedes sobreponerte a lo que están diciendo otros. A pesar de esto, yo escribo periodismo con muchas herramientas de literatura y escribo literatura con muchas del periodismo.
De sus obras, ¿cuál es su favorita?
En estos momentos la que acabo de lanzar La Cuarta Espada. Me gusta que es una novela real, funciona como una novela pero que cuenta historias reales que han pasado en España, China, Bagdad, Afganistán…y eso la hace muy especial.
¿Cuándo le surgió esta vena escritora?
Empecé a escribir más o menos a los 22 años que veía el mundo y pensaba que podía inventarme algo mejor y a la vez sacar de mi interior todas las cosas negativas que tenía en ese momento. A partir de ahí supe que iba a escribir aunque no siempre he vivido de mi literatura. Creo que ahora soy una persona más sana y no odio tanto al mundo.
¿Cómo ve la actualidad de la narrativa peruana?
La veo en un buen momento que en los últos años Perú ha sido invitado a la Feria del libro de Barcelona, Guadalajara, a la de Chile… y eso le está dando una presencia que no tenía antes y permite que muchos países vean la producción peruana.
¿Con qué escritor peruano se queda?
No podría quedarme con ninguno. Bueno, a mi los que más me gustan son los norteamericanos que Estados Unidos e Inglaterra siempre han tenido un sentido más democrático de la cultura. Narradores como Truman Capote escriben de una manera muy clara y transparente. La literatura hispana ha querido ser a veces muy elitista y pretenciosa, para que poca gente pueda entenderla.
En su libro Abril Rojo habla de Fujori, ¿cómo ha visto su extradición a Perú?
Todo el mundo está muy agradecido de que nos hayan enviado a Fujori, especialmente los chilenos. Y sobre todo creo que va a servir para que sepan los asesinos y dictadores de otros países que pueden ser capturados en otras naciones y ser detados.
¿Cuál es su próxo proyecto?
Dormir un mes que llevo dos años sin parar de trabajar, sin parar de publicar, sin dejar de hacer promoción…










