La presidenta del Gobierno argentino, Cristina Kirchner, presentó ayer en la Casa de Gobierno el nuevo Plan de Seguridad Vial de la nación, que, a lo largo de los próxos cinco años pretenderá reducir en un 50% la media de 6.000 muertos anuales en carretera. En comparación con España, Argentina tiene algo más de siete veces nuestra superficie, aunque en ella viven unos cinco millones de ciudadanos menos. Pese a esto, duplica la siniestralidad anual española, lo que resulta comprensible teniendo en cuenta que las medidas expuestas en este Plan ya se contemplan en casi todos los países europeos. Sin embargo, esta iniciativa constituye un paso adelante parte de Cristina, que ya ha anunciado que a sus compatriotas les gusta mucho que se vigile al vecino, pero no a uno mismo. Una encuesta prelinar, publicada la prensa local, afirmaba que el 80% de argentinos piensan que conducen bien, pero a su vez sostienen que el 80% del resto de conductores lo hacen mal.
Contra estos obstáculos a la mejora de la seguridad vial se ha previsto la creación de una Agencia Nacional de Seguridad Vial y un Registro Nacional de Accidentes de Tránsito, además de un acta de infracción única para todas las jurisdicciones (actualmente cada una actúa separado) y un código unificado para juzgar. La Agencia Nacional de Seguridad Vial estará asesorada el Código Federal de Seguridad Vial y la Comisión Nacional de Tránsito. No se olvidará la presencia de la sociedad civil, ya que ONGs, sindicatos y cámaras conformarán un consejo consultivo permanente.
Además, se establecerá un permiso de conducir único y centralizado para todo el país (hasta ahora no existía), que contemplará pérdida de puntos infracciones graves y se procederá a medir los excesos de velocidad mediante tres acciones: instalación de radares, medición del tiempo transcurrido en un determinado tramo, mediante la entrega de un ticket a la entrada que se debe reintegrar a la salida, o vigilancia satélite. Tampoco que darán inmunes los que beban y conduzcan, ya que se harán controles de alcoholemia en todo el país.
Pero sin duda, la disposición que más extraña que no estuviera plantada ya es la Inspección Técnica Obligatoria (ITV) que hasta ahora no era obligatoria. Entre otras, con el nuevo reglamento se convertirán en faltas graves el exceso de velocidad, la violación de un semáforo en rojo, no usar casco en motocicletas y circular en sentido contrario o sin haber pasado la ITV. Sin embargo, aunque estas faltas motivarán la retirada del permiso durante 30 días, aunque, al contrario de lo que pasa en España, el conductor podrá seguir circulando, ¡siempre que lleve consigo el acta de infracción!
Finalmente, Cristina Kirchner ha reconocido la tancia de la Educación Vial, que será obligatoria en todos los cursos de este mismo año, y ha establecido ciertas obligaciones para los vehículos ‘kilómetro 0', que deben incluir sistema de doble airbag, ABS (sistema de asistencia a la frenada de emergencia) y alarma de cinturón de seguridad.
En definitiva, una plan pintoresco, no tanto su contenido, sino como el hecho de que muchas de sus disposiciones nos estuvieran vigentes ya. Sin embargo, es destacable el trabajo del Gobierno, que apenas dos meses después del comienzo de la legislatura de muestras de interés hacia un problema social tan tante como es la inseguridad vial de este país latinoamericano.
Seguiremos Informando…
