Durante las últas semanas nuestros políticos se han estado devanando los sesos (ya era hora de que pensaran un poco) para confeccionar las listas, unas listas que debían ser paritarias, esto es, contener al menos un 40% de personas de un mismo sexo. Este invento (esta parida) se hizo para acabar con la discrinación brutal que padecían las mujeres, las cuales apenas si eran unos floreros en medio de unas listas plagadas de hombres.
Creo que hoy en día casi todos estamos de acuerdo en que las mujeres, el hecho de serlo, no difieren en inteligencia y dotes para gobernar de los hombres. Sin embargo, este invento, cuya intención era buena (dar a las mujeres la otunidad que merecen) es un burdo ejemplo más de machismo ( mucho que quieran explicarnos que eso del 40% se refiere tanto a cuota de mujeres como de hombres, para que en definitiva no predomine un sexo sobre otro). Los hombres, una vez más, se arrogan el papel de dominantes concediendo a las mujeres esta cuota de poder que les trae no pocos quebraderos de cabeza moviendo y bajando a sus candidatos (hombres) para ir intercalando adecuadamente a las mujeres en la proción exigida.
Por consiguiente, a las mujeres que se han visto incluidas en las listas les quedará siempre la duda de si están ahí méritos propios o "que les tocaba". Lo que pra, pues, no es una cuestión de inteligencia y de saber gobernar; es una cuestión de… sexo. ¿Por qué no puede estar compuesta una lista un 78% de mujeres… o de hombres? ¿Por qué no puede haber 10 mujeres (o 10 hombres) en los 10 preros puestos de una lista? Otros países, como los nórdicos, nos han dado ejemplo de que lo que ta es la capacidad, no el sexo, y se han dado épocas en las que tanto el jefe de gobierno como los lideres de los dos principales partidos de la oposición eran mujeres, y nos han dado ejemplo de que no hay que poner centajes sino capacidad política.
Me temo que las raíces del landismo (dicho con todo respeto y cariño hacia nuestro gran actor que acaba de recibir un merecido homenaje) son más profundas de lo que aginábamos y va a costar mucho entender con naturalidad que no ta ser hombre o mujer para saber hacer política y formar 200 listas en las que cada una tenga un centaje diferente de "cuota de sexo".
Por el camino que vamos de falso progresismo, lo que se debe hacer es ajustar las listas a los centajes "progres" que muestre nuestra realidad de cada momento. Por ejemplo: Un centaje determinado de personas de color (que no de negros, que eso parece que es un insulto), otro centaje de hijos de inmigrantes, otro centaje de creyentes y agnósticos, otro centaje de personas mayores y menores de determinada edad (como el ruleta, el manque y pase), otro centaje de personas con discapacidad, otro…
Total, para lo que hacen los políticos, ¡qué mas da el centaje!
Vicente Fisac
Comunicador










