La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) fue la que levantó la voz ante el Tribunal de Defensa de la Competencia y, tras ellos, varias entidades, entre las que se encuentra el Colegio de Farmacéuticos de Madrid, denunciaron hace escasos días las deficiencias en el suministro de medicamentos que están sufriendo las farmacias comunitarias. La últa en unirse a la crítica ha sido Sefac.
La Sociedad Española de Farmacia Comunitaria, ante el intenso debate que se ha generado dentro y fuera del sector farmacéutico este motivo, ha manifestado que ha constatado, a través de las denuncias de sus socios y de otros muchos farmacéuticos, la existencia de faltas sistemáticas en el suministro de medicamentos en volúmenes silares a los cifrados ya otras coraciones del sector y que, en la mayoría de los casos, estas faltas corresponden a medicamentos con la patente en vigor, que son comercializados en España uno o dos laboratorios y que no pueden ser sustituidos el farmacéutico, tal y como establece la vigente Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Además, al margen de un análisis de las causas que compete a administraciones, industria y otras entidades de representación del farmacéutico, la persistencia de esta situación, según dicen desde Sefac, genera una serie de problemas al Paciente, obligado a buscar de farmacia en farmacia un tratamiento que necesita, y al farmacéutico, que se encuentra, como últo eslabón de la cadena, en la difícil tesitura de no poder suministrar un medicamento necesario ni poder explicar en realidad los detonantes de esta situación.
Asismo, otro aspecto que no pasa desapercibido para los miembros de la sociedad y que viene motivado las deficiencias en el suministro, es que en muchos casos la dificultad para encontrar un medicamento está llevando a los pacientes a una serie de perjuicios cada vez mayores, como son el incumpliento de sus tratamientos durante varios días, la búsqueda infructuosa de su medicación de farmacia en farmacia, la necesidad de acudir a su médico de nuevo ‐con el consiguiente aumento innecesario de la presión asistencial de unos centros de salud ya de sí sobrecargados‐ para que éste les cambie la prescripción o la acumulación innecesaria de medicamentos en las casas de los pacientes que ya han sufrido faltas y que, cuando logran su objetivo, hacen acopio de producto si el problema reaparece en el futuro.
Por todo ello, Sefac reclama una mayor capacidad de sustitución parte del farmacéutico, hasta ahora litada hasta el extremo la legislación vigente a pesar de que su profundo conociento científico sobre el medicamento le capacitan para una actuación mucho más amplia y pide a las administraciones sanitarias, la industria farmacéutica y la Distribución a no negar más la evidencia y adoptar soluciones urgentes para solucionar el problema del desabasteciento.
