Vies la noche. 'Callejeros' dedicaba su últo programa a aquellas personas que alquilan un inmueble y son víctas de inquilinos morosos. En ese preciso momento, me vinieron a la cabeza muchas de las piruetas que hacen los clientes a las agencias de Relaciones Públicas cuando llega la hora de pagar lo que contrato se ha estipulado, y todo lo que ello conlleva para pymes que intentan asomar la cabeza.
Estos Piratas de la Comunicación empiezan dando largas (un 'ya te pagaré' suele ser lo más habitual) para después intentar renegociar la deuda y, llegado el momento, ofrecer algún que otro pagaré. El caso es que, como le ocurría a los arrendadores de 'Callejeros', en España, el que la hace no la suele pagar; si le toca, es después de diez años de tortuosos juicios…y mientras tanto, sin poder hacer nada.
A pesar de que se ha intentado poner remedio a la situación (la junta directiva de Adecec puso en marcha un registro de morosos), el problema sigue subsistiendo, sobretodo entre aquellas agencias para las que un cliente que no paga supone plantearse incluso el cierre.
Pero no son sólo los clientes morosos los Piratas, sino también aquellos que pagan religiosamente. Recientemente, otra buena amiga se puso en contacto conmigo para contextualizar una de las noticias que más repercusión han tenido en el sector y que aún podréis encontrar entre las más leídas de PRComunicación. Esta persona comentaba que durante el año que prestó servicio al Pirata, había destinado un 60% más de los recursos pactados con éste cuando firmaron el contrato, y que al advertirle de la situación a la hora de renovar, éste prefirió buscarse a otro que se lo diera más barato, a pesar de que los resultados cosechados habían sido óptos.
Ahora bien, ¿quién es más pirata, el que paga debajo de lo que debería o el que no paga directamente? Este tipo de hechos no ayudan en nada a dignificar un sector que aún busca su sitio y en el que tanto clientes como consultoras deben dar ejemplo.
Pablo Sammarco










