Comprar leche, legumbres u otros productos alenticios de prera necesidad no va a ser tarea fácil en los próxos años. Aquello de 'ayuda a reducir el colesterol' tendrá que demostrarse científicamente y todo lo que no pase legislación no tendrá validez. A cambio, una patente de exclusividad. Lo malo, la futura llegada de genéricos. Los cierto es que hasta la propia Industria está hecha un lío con el asunto y algunos ya han empezado un curso intensivo sobre cómo mover los papeles y los procesos de producción. Esto promete.
El despacho de abogados Garrigues, a través de su departamento de Biotecnología, y la empresa Biópolis tienen firmado ya su prer acuerdo de colaboración con el objetivo de ofrecer asesoramiento jurídico a la Industria Alentaria, muy joven en el tema de la regulación integral. Este sector encuentra así un tante campo de aplicación, 'algo que ya estaba en el mercado pero que no estaba sobre el papel ya que la realidad social va delante del legislador'. 'Estamos dando respuesta a una situación que nos hemos encontrado', afirma Dulce Miranda, socia responsable de Garrigues Bio.
El ‘cambio radical', como lo denominan los expertos, llegó con la aprobación el Reglamento 1924/2006, de 20 de diciembre, relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables de los alentos. Ahora la Industria se verá obligada a la validación científica de sus declaraciones y a solicitar la correspondiente autorización para emplear estas denominaciones. Alegar propiedades saludables ya no se litará a poner una etiqueta.
Nacen así los productos innovadores en los alentos funcionales. Ley de Patentes, Ley de Propiedad Industrial y mucho ojo con los que se suman al carro sin pasar peaje. Serán las personas (y no los anales) el objetivo de los estudios clínicos, lo que dificulta y encarece el proceso, pero reduce el umbral de inseguridad tanto de consumidores como de empresarios. 'Habrá nuevos textos legales y reformas de los que han entrado últamente. Ni la industria grande ni la pequeña tiene claras las reglas de este juego y ahí entramos nosotros', apunta Ignacio González, director de Biópolis.
De momento no se ha resuelto ninguna solicitud, aunque la Autoridad Europea de Seguridad Alentaria (EFSA) las tiene en lista de espera. Se prevé que no se acepten clas muy agresivos. Nadie prometerá sobre cáncer o SIDA y tampoco será la bollería industrial el blanco de esta nueva situación. El reglamento entró en vigor en julio pero 'todavía no ha echado a andar', bromea el director de Biópolis.
'Los pasos no están claros. La Industria sabe que tiene que invertir mucho dinero y exige claridad en el proceso. ¿Puedo innovar aquí? ¿Cómo tengo que hacerlo?' preguntas que se responderán… sólo con el tiempo…
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