Como cultivadores de la ignorancia, los nacionalistas no tienen precio. Después de manejar la historia nacional a su antojo, ahora se apuntan a la del Kosovo, como si fuera una prolongación de sus tentáculos. El PNV y sus prebostes creen que lo de ese estado recién nacido es parecido a lo suyo. Se parecen como un huevo a una castaña. Los vascos nacionalistas debieran ser aliados de los Serbios. Es como si hubiéramos repoblado Loyola con burgaleses y extremeños y dentro de unos años decidiéramos recortar esa localidad mítica de la autonomía vasca. ¿Es eso lo que buscan? ¿Es ese el ejemplo que quieren seguir? En Kosovo está el origen de la nación serbia, y si fuera el criterio histórico, tan tergiversado y tan caro a los nacionalistas de chistu y chistorra, deberían estar al lado de Serbia, si no fueran tan cobardes como han demostrado ser los chicos de Arzallus, desde lo de Santoña a esto de los Balcanes.
El travestismo está en campaña, y no solo entre los de la boina. También se apunta al caso el presidente del gobierno. Ahora dice que siempre dijo que perseguiría a Eta hasta el final, y el genial Camacho precisa en la radio que a esa frase del domingo, esa frase tanto dramatizada, le sobra una preposición: el hasta. Es decir, que la verdad confesada ZP a micrófono cerrado, es que perseguirá a Eta al final de la legislatura, como así ha sido. Hoy nos hemos enterado de que les prometió lo que no les podía dar. Más que enterarnos, hemos tenido confirmación notarial de lo que ya sabíamos.
ALFREDO URDACI, PERIODISTA










