QUITO (26/02/08) Incertidumbre y desconcierto ante el asesinato del ex director del diario ecuatoriano El Telégrafo, Carlos Navarrete. Estos son los síntomas de las autoridades encargadas del caso que aún no saben las causas del asesinato. Según las informaciones recibidas desde Ecuador, el informador fue torturado y asesinado. De hecho, su cuerpo fue encontrado en su misma vivienda. A pesar de todo, la hipótesis del robo parece haber sido descartada. Carlos Navarrete había sido ex director del diario más antiguo de Ecuador, El Telégrafo, el cual actualmente está manos del Gobierno, tal y como les informábamos en junio desde PRLatam. El informador fue cesado de sus funciones bajo órdenes de la Agencia de Garantías de Depósito y precisamente cuando el gobierno dirigido Rafael Correa se hizo con el control del matutino, habiendo encabezado el diario desde 2000 al 2007. Actualmente, se encontraba dirigiendo el diario gratuito La Calle.
El cuerpo del informador ha sido encontrado este sábado en su casa situada en el norte del puerto de Guayaquil (suroeste). Sin embargo, las autoridades pertinentes barajan la posibilidad de que el asesinato no tuviese lugar en su hogar, ya que se ha encontrado su vehículo en otro sitio de Guayaquil con resto de sangre.
Sin embargo y aunque todas las pitas apuntan a lo contrario, todavía no ha sido elinada la hipótesis del robo. Y es que según destaca la prensa ecuatoriana, no hay signos de violencia en el hogar y todo parece estar ordenado. Igualmente se tienen en cuenta otras posibles causas como la motivación pasional o la venganza. Esta últa idea es la más respaldada las autoridades policiales, según la prensa.
Según la Brigada de Homicidios de la Policía encargada del levantamiento del cuerpo, el cadáver tenía once heridas en pecho y cuello y se encontraba maniatado.
El matutino El Telégrafo pertenecía al ex banquero Fernando Aspiazu hasta que se vio vinculado a las irregularidades financieras sufridas el Banco del Progreso en una de mayores crisis económicas en 1999.
En Junio de 2007, la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP) denunciaba irregularidades en la ‘disputa legal' sobre la propiedad del rotativo. De hecho, Carlos Navarrete acusó en su momento al Estado de llevar a cabo prácticas irregulares, lo que según afirmó, buscaban ‘despojar a los accionistas privados de la propiedad', anulando varios aumentos de capital realizados en 2002, 2004 y 2007 que le habrían otorgado la mayoría accionaría. En este momento fue cuando la Superintendencia de Compañías dejó sin efecto estos aumentos de capital y le dio la mayoría accionaría a la Agencia de Garantía de Depósitos, de carácter estatal, según el IFEX.
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