El tabaco no es un hábito. A pesar de que entre el 20 y el 25 ciento de los médicos que han participado en la Encuesta Nacional de Abordaje del Tabaquismo en Atención Praria lo consideran ‘un estilo de vida', el doctor Eugeni Bruguera y el resto de casi el 80% de especialistas encuestados, aseguran que ‘es una dependencia, una enfermedad crónica'.
España cuenta con un 30% de fumadores, de los cuáles la mitad intenta dejarlo todos los años y el 70% está convencido de su decisión. Dicen las estadísticas que la mejor época para hacerlo es el comienzo de año, pero dice quién lo ha conseguido que 'la predisposición del Paciente y la motivación son fundamentales'. Pero no suficientes. Dejar de fumar es un proceso largo en el que tiene que interactuar tanto una terapia psicosocial como una farmacológica.
Se calcula que un cigarrillo tiene unas 4.000 sustancias ‘pero, de todas ellas, sólo la NICOTINA causa adicción', asegura el doctor Bruguera, especialista en Psiquiatría y jefe de la Unidad de Conductas Adictivas del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d'Hebrón. 'Va directa al cerebro, invadiendo una zona de placer. Cuando se filtra mucha distorsiona los niveles de bienestar y el hecho de dejar de ingerirla, es decir, dejar de fumar, provoca abstinencia de esa agradable sensación y la consecuencia más inmediata son los estados de depresión, malestar y nerviosismo'. Esto, conocido comúnmente como ‘el mono', alcanza su pico más alto entre el prer y el tercer día, y puede durar semanas, incluso meses, eso ‘el tratamiento farmacológico es indispensable para controlar el síntoma de abstinencia', al menos durante unos meses.
Por estas fechas se cumple el prer aniversario del lanzamiento de Vareniclina, el fármaco de la biomédica Pfizer para dejar de fumar. Llegó a principios de 2007 a las farmacias españolas después de casi una década de sequía en este campo. Su valor diferencial no es otro que incidir en esa zona neurológica erógena de placer. Tiene una función muy parecida a la nicotina para que la caída de esta sustancia en el cuerpo del Paciente no sea brusca pero, ADEMÁS, si el fumador cae en la tentación de dar una calada, el fármaco habrá bloqueado esos receptores de bienes y el Paciente ya no sentirá placer.
Pero el tratamiento y la voluntad del Paciente deben ir acompañados de un seguiento médico y de lo que denominaremos como 'puente' entre fumador y especialista: el programa de ayuda Life Rewards que ha puesto en marcha la biomédica Pfizer. Se trata de una herramienta de apoyo al Paciente como complemento al tratamiento contra la nicotina: un diario que contiene consejos, actividades y tareas que pueden ayudar a superar la adicción psicológica. Además, Pfizer ha habilitado una página web ROMPECONELTABACO.COM y un teléfono 902.006.066
Según el doctor José Chaves, responsable médico del área cardiovascular de Pfizer, 'las diferentes herramientas y campañas que ha puesto en marcha la compañía, además de ayudar en la conducta, personalizan el tratamiento durante los tres meses de viaje del Paciente'.
Desde octubre más de 38.000 personas han visitado el entorno web y 18.000 se han atrevido, al menos, a solicitar la guía para dejar de fumar. La OMS considera que el tabaco es, junto al SIDA, la principal causas de mortalidad evitable de los últos tiempos. La biomédica Pfizer en su perseverancia que nos dejemos de fumar colabora con el Consejo Nacional de Prevención del Tabaquismo, Asociaciones de Pacientes que han sido afectados directa e indirectamente el humo, con al SEPAR, SEMERGEN y semFYC. También algunas CCAA han puesto su granito de arena para la financiación del tratamiento.
Es para pensárselo ¿no?
