Diamantes en sentido metafórico, se entiende, pero algo le tuvo que dar para que le buscara en la multitud y fuera a parar, como si de una casualidad se tratara, a su lado. No obstante es cierto que se le atragantó el café, en más de una ocasión, al girarse para ver si lo que le hacía daño en la espalda, era el respaldo de su silla, o un puñal recién clavado. Aunque ya antiguas, las marcas que tiene como recuerdo de anteriores puñaladas, hace que se mantenga siempre alerta en su presencia. Y sin embargo, prefiere tenerlo más cerca que lejos, que en la proxidad se controla todo mejor y el caballero en cuestión, es un máxo estratega, que sabe como tratar a un adversario, aunque tenga nombre de ex presidente…
Pero no fue el único al que buscó entre taza y taza de café. Fijó su objetivo en otro de sus ‘amigos' y, junto a una dama, le pilló con cara de póquer para la FOTO. Y no, no fue un robado, fue un posado, y de los pactados (aunque no todas las partes). ¿Y si empezó el desayuno (europeo, no continental) con tantos ‘amigos', cómo acabaría?…
Los murciélagos nunca duermen…