Llevábamos varios meses sin hablar de Marca, pero al parecer el diario tiene una herencia negra que le condena año tras año a enfrentarse a problemas laborales. Prero fue Manolo Saucedo, luego Alejandro Sopeña y ahora Eduardo Inda. Las quejas de la redacción vienen ahora lo que consideran el ‘talibanismo' de su actual director. Entre la plantilla preocupa la falta de experiencia del director y su errática línea editorial.
Eduardo Inda está poniendo una línea editorial ‘muy lesiva para la credibilidad y los intereses de nuestro medio', según comentan en privado una serie de redactores del detivo de Unidad Editorial. Y es que al cuestionado nombramiento de Inda como director de ‘Marca', cargo al que accedió después de ser el responsable de El Mundo en Baleares y prácticamente sin experiencia en medios detivos, vino acompañado de una serie de profesionales ‘cercanos' que se sumaron a la cabecera en calidad de colaboradores, no siempre con la preparación adecuada.
La redacción aún no ha olvidado los despidos injustificados que decidió antes de Navidad, ni los cambios e incoraciones que decretó sin mayor explicación al poco tiempo de llegar, lo que unido a las no siempre formas que emplea para transmitir sus instrucciones, están enrareciendo aún más, si cabe, el cla que se vive en el seno de ‘Marca'. De esta manera, la gran distancia que Eduardo Inda mantiene con la redacción se hace cada vez más evidente.
La utilización del periódico parte de Inda para amplificar sus filias y fobias personales, la falta de conexión de sus enfoques respecto a lo que demandan los lectores y una suerte de ‘fundamentalismo' que ‘le lleva dicen a despreciar el punto de vista de los que tienen más experiencia y conociento de la realidad del diario', está haciendo temer a un sector tante de la redacción que Marca entre en una peligrosa senda de descrédito entre sus lectores tradicionales y que ello juegue en favor de AS.
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