2008 se presenta como un año clave para las dos principales asociaciones del sector de la Comunicación y Relaciones Públicas en España Adecec y Dircom, cuyas juntas deben someterse a la voluntad de sus asociados a través de las urnas. Los preros, ser la patronal de un sector que aún tiene camino recorrer, y los segundos, abarcar a los dircoms de las principales compañías que operan en España.
Sin embargo, el caso más preocupante al menos sobre el papel es el de Adecec: tras un periodo de sombras, en los últos tres años ha vuelto sus orígenes, unos orígenes en los que fue creado para ser el interlocutor válido del sector de las Relaciones Públicas para administración, instituciones y tejido empresarial en general. Tres años que han llevado el sello de una junta directiva presidida José Antonio Lisbona, Ceo de Citigate Sanchís, a quien han flanqueado con acierto históricos de la profesión como Antonio Hernando, Carlos Paniagua u Olga Cuenca, entre otros.
Durante estos tres años, la Asociación ha logrado la tan ansiada estabilidad y reconociento del que adoleció durante el mandato de la anterior junta directiva. Tras resolver asuntos pendientes como el traslado de la sede desde Barcelona a Madrid o la revisión del sistema de cuotas, el número de asociados se ha incrementado hasta 32, al mismo tiempo que se firmaban acuerdos estratégicos tanto con la administración pública, la AEAP u otros organismos análogos. Además, la asociación ha celebrado la prera edición de sus premios, al tiempo que prepara un congreso internacional que el momento ha quedado pospuesto para después del verano y un sello de calidad.
Adecec debe ser un lugar en el que quien esté debe estarlo y para dignificar el sector, y no para su luciento personal. Además, quien esté al frente de la nave en este momento debe ser un candidato de consenso, representante de una de las grandes, respetado sus colegas y con una trayectoria detrás…cualidades que ya reúne el actual presidente.
A pesar de que el propio Lisbona ha manifestado en petit comité su intención de dejar paso a otra junta una vez completado su mandato, en la actualidad hay pocas personas que sean capaces de reunir en su ser las cualidades necesarias para gobernar los designios de una profesión cainita en la que ponerse de acuerdo es más difícil que mi querido Atleti vuelva a hacer doblete…Sin él, las dudas volverán y probablemente lo hecho quede en el olvido. Lisbona, Presidente.
Pablo Sammarco
