El consejero de Sanidad, Roberto Sabrido, y la presidenta de los colegios farmacéuticos de la región, Ana López Casero, han suscrito un acuerdo.
Dicho convenio sirve para comenzar la plantación del proyecto de receta electrónica. Esta iniciativa que cuenta con una inversión del Gobierno regional de 336.400 euros, que elinará la receta de papel y evitará muchos desplazamientos de Pacientes crónicos al centro de Salud para pedir de manera periódica su medicación.
El barrio toledano de Santa María de Benquerencia es el escenario elegido la Consejería de Sanidad y los colegios farmacéuticos de CastillaLa Mancha para iniciar antes del próxo día 29 de marzo una experiencia piloto de receta electrónica, en el que participarán el centro de salud y las siete oficinas de farmacia de este barrio y que según sus resultados se irá extendiendo de manera paulatina al resto de la región. Esta experiencia piloto también se pondrá en marcha, asismo, dentro de dos meses en el ámbito rural con su plantación en Sigüenza (Guadalajara).
PIE DE FOTO: El gerente del Sescam, Juan Alfonso Ruiz Molina; el consejero de Sanidad, Roberto Sabrido, y la presidente de los colegios oficiales de farmacia de CastillaLa Mancha, Ana López Casero, tras firmar el acuerdo de colaboración para desarrollar la receta electrónica en esta comunidad autónoma.
Este esperado proyecto tiene como principal ventaja que evitará muchos desplazamientos de los pacientes crónicos al centro de salud para pedir de manera periódica su medicación, ya que con la receta electrónica podrán retirar durante un año o los meses que haya prescrito su facultativo los medicamentos sin pasar la consulta del médico.
Otra de las ventajas de este acuerdo es la mayor plicación que adquirirá el farmacéutico en el seguiento farmacológico del paciente, como agente de salud, en coordinación con los médicos de Atención Praria. En este sentido, el farmacéutico podrá visualizar en su ordenador, previa identificación del paciente y a petición de éste, el tratamiento prescrito el médico de cabecera para su correcta dispensación, explicó Sabrido.
Según el modelo que se plantará en Castillala Mancha en el momento de la prescripción el médico decidirá si la receta que emita es en papel o electrónica. En este últo caso, el facultativo entregará al paciente una hoja detallada con los tratamientos que le ha prescrito electrónicamente, su duración y toda la información necesaria sobre esos tratamientos. Posteriormente, el paciente sólo precisará ir con su tarjeta sanitaria a la farmacia de su elección donde el farmacéutico tendrá en la pantalla de su ordenador los medicamentos que el médico le ha prescrito y procederá a dispensárselos.
‘De las 37 millones de recetas que se prescribieron el año pasado en la región informó Sabrido unas 28 millones correspondían a 496.000 pensionistas. De este modo, nos podemos hacer una idea de los desplazamientos que evitaremos a este colectivo con la receta electrónica, reduciendo la carga asistencial y la burocracia en los centros de salud, además de reforzar el papel de agente de salud de los farmacéuticos, plicándole más en el seguiento farmacológico del paciente y mejorando la coordinación entre las oficinas de farmacias y los centros de salud de su influencia'.
Para López Casero, otro lado, esta experiencia piloto que se iniciará en Toledo y que continuará en Sigüenza ‘es la prera piedra de un gran proyecto sanitario que mejorará y modernizará toda la prestación farmacéutica en la región y reforzará la relación de los farmacéuticos de las oficinas de farmacia con los profesionales de Atención praria, convirtiéndose en aliados de los médicos en el seguiento farmacológico de sus pacientes'.
Para concluir, tanto el consejero como la presidenta de los colegios de farmacéuticos de la región coincidieron en resaltar que con este proyecto piloto se da un salto cualitativo en la modernización de las oficinas de farmacia, además de convertir a CastillaLa Mancha en una de las preras comunidades autónomas en desarrollar la receta electrónica con un modelo propio pero compatible con el que está diseñando el Ministerio de Sanidad, en coordinación con las comunidades autónomas, para todo el Sistema Nacional de Salud.
Este hecho garantiza que en el futuro un paciente castellanomanchego, independientemente de donde esté, podrá pedir, previa identificación con su tarjeta sanitaria, su medicación según lo vaya necesitando en la oficina de farmacia que desee, ya que telemáticamente cualquier farmacéutico de España con el equipamiento tecnológico adecuado podrá acceder al tratamiento prescrito su médico.
