Las estatinas son la prera opción terapéutica que se debe usar para conseguir un buen control del colesterol LDL, comúnmente denominado 'colesterol malo'. Sólo una vez agotada esta vía podría utilizarse otras opciones en Pacientes con los que no se consigue un buen control o no toleran bien el tratamiento.
Esta es una de las principales conclusiones que se derivan del estudio ENHANCE, publicado el New England Journal of Medicine y presentado a la comunidad científica en el marco de la 57 reunión de la American College of Cardiology (ACC, en sus siglas en inglés).
El estudio, que ha tenido una duración de dos años y que ha recibido el visto bueno de la Agencia Americana del Medicamento (FDA en sus siglas en inglés), compara el uso de svastatina frente a la combinación de svastatina y ezetibe en la terapia diaria de pacientes con hipercolesterolemia familiar.
Las conclusiones indican que no existen diferencias significativas a la hora de alcanzar los objetivos de grosor de la ínta media, uno de los indicadores de riesgo de enfermedad vascular. En este sentido, para un buen control de la dislipemia y el riesgo cardiovascular, los expertos recomiendan el uso de fármacos que ya han evidenciado una reducción del riesgo cardiovascular y disminución de eventos clínicos, como es el caso de estatinas como la atorvastatina.
En la misma línea se pronuncia el editorial publicado el New England Journal of Medicine, que establece que el tratamiento pasaría, en prer lugar, alcanzar los niveles recomendados de colesterol LDL y HDL (o bien, la relación colesterol HDL/colesterol total recomendada), a través de las estatinas y otro tipo de moléculas que hayan mostrado su eficacia en combinación con estatinas. Sólo como segundo recurso, debería usarse otra opción en aquellos casos en los que no se consigan los objetivos. Si bien, el editorial apunta que todavía se debe de esperar a las conclusiones de futuros estudios.