Este año se conmemora el 200 aniversario del Motín de Aranjuez, levantamiento popular ocurrido el 17 de marzo de 1808 las calles de esta localidad madrileña propiciado, entre otras causas, la derrota de Trafalgar y que tuvo especiales consecuencias nefastas en las clases humildes, lo que provocó que éstos se levantaran. Ante tal efeméride, el Instituto Roche no pudo elegir un enclave más idóneo como sede del IV Seminario para Periodistas que anualmente organiza la institución de origen suizo y este motivo un nutrido grupo de periodistas especializados en salud embarcamos el vies pasado rumbo a la capital de la fresa para empaparnos de los últos avances en genética, genómica y otras ‘omicas'.
No sólo apredos mucho sino que además hubo momentos para la diversión ya que lo que prometían ser unas jornadas ‘científicas' de prer orden (algunos ya lo teníamos casi asumido) dejaron también algo de tiempo para las sesiones gastronómicaslúdicofestivas que hicieron las delicias de todos los presentes. Eso sí, sin dejar de lado la parte pedagógica, claro está, que eran el leitmotiv del encuentro.
¿Y qué creen que digo esto? Juzguen ustedes: si yo les digo cata de vinos, gymkana o casino… ¿a alguien se le ocurre relacionarlo con el apasionante mundo de la biología molecular? Pues eso, que los organizadores del seminario tuvieron la brillante idea de combinar ‘la obligación con la devoción' para hacer de este encuentro una estancia de lo más agradable.
De este modo, y nada más aterrizar en las bodegas que acogerían las jornadas (si, si, bodegas) tuvos que superar la prera prueba de fuego, bueno, mejor dicho, ¡de hielo!, que una vez que nos adentramos en la bodega la temperatura descendió bruscamente para ya nunca volver a repuntar. En fin, todo sea ese manjar de dioses (Dionisos, Baco) que es el vino.
Nos esperaba una cata de vinos para la que contamos con todo un conocedor del apasionante mundo de la enología que hizo un recorrido la historia de este caldo desde los fenicios hasta la invasión musulmana (¡ya son siglos!) y que logró mantener la atención de todos los presentes a pesar del frescor reinante en el ambiente. Acto seguido, periodistas y demás séquito nos transformamos en expertos sumilleres para degustar los vinos y comentar, acto seguido, sus excelencias.
Tras un abundante almuerzo nos introdujos de lleno durante unas tres horas en el apasionante mundo de la genética, sesión que se vio bruscamente interrumpida que… ¡se había cometido un homicidio! En efecto, Jacques Saunière había sido asesinado y requirieron nuestra colaboración para intentar esclarecer el misterio así que nos pusos manos a la obra y conseguos (perdón, consiguieron) desembrollar el asunto.
Para el final he dejado lo mejor, como no podía ser de otra forma: el Casino de Aranjuez. Se podrían adjudicar muchos adjetivos a esta edificación neo…, bueno, ‘neoalgo', concebida como templo del juego y el asueto, empezando su diseño exterior y continuando su decoración, mobiliario, su exquisita pinacoteca y el variopinto paisanaje que mora en su interior. Pero como diría Mayra: ‘hasta aquí puedo leer'…
