El toreo es una actividad de alta peligrosidad, pero el Ejecutivo costarricense se ha propuesto controlar al máxo los riesgos exigiendo a los toreros, tanto profesionales como aficionados, que contraten un seguro para participar en las corridas.
Según informa el tal de Intet Nación.com, el Nuevo Reglamento a las Actividades Taurinas, publicado recientemente en el diario oficial de Costa Rica, establece este requisito para que un matador forme parte del cartel de una corrida.
La póliza será emitida el Instituto Nacional de Seguros y deberá garantizar la cobertura total de los gastos de atención sanitaria y rehabilitación que reciban los toreros o montadores en los establecientos de salud.