Acababa ayer su artículo Alfredo Urdaci diciendo: 'A don Mariano le gustan los calvarios. Cuando no los tiene, los organiza él mismo'… lo suscribo. En esto del mundo de la Comunicación existe una divertida fauna de bomberos, que son capaces de quemar las pelusas a sus jefes, para después llegar con el vaso de agua hirviendo a reparar los daños.
Y dando una vuelta el mundo pr, y escuchando detrás de los tabiques, y mirando a través de los ojos de las cerraduras, he podido ver que el individuo conocido como 'bombero pirómano', que en muchos casos es un/a 'gafe con medalla', también pulula el amplio espacio político. Y los hay aquí y en la Expo, en la Barcelona del Carmelo, y en la Barcelona de AENA, en la Lehendakaritza, y en las tierras más del norte, más polaris… Políticos, gafes, desorden, dinero, dinero, dinero…
Y en el otro lado se colocan 'otros políticos', hombres y mujeres con su cielo de cristal y su suelo de rasilla (creo que se llama así a las piezas que van trincadas unas con otras para que no se caiga el piso). Y pensando en cristal (como las bonitas nuevas entradas del Metro madrileño), y de rasillas, como las que separan los paneles publicitarios de las paredes, me viene a la cabeza uno de los consejeros burgaleses de la Comunidad de Madrid, y que hoy ocupa una de las consejerías estrella, Manuel Lamela Fernández, consejero de transtes e infraestructuras. Lamela es el ejemplo de un político de una pieza, que juró amor eterno una tarde de Sevilla, al atrincherado Rajoy, que dejó el ministerio del ‘lino y las vacas locas', saliendo la puerta grande de arrastre y vuelta al ruedo. Que recaló y no reculó en el hospital de Leganés, salvando el cuello y demostrando que haciendo lo mismo que San Pedro, negó a Jesús 3 veces, ¡ah!, no… Lamela pagó 3 eses… pero esto es otro cantar, como el del Mío Cid. Eso sí, demostrando dotes y verdaderas artes de negociador en el conflicto de la lpieza y posterior huelga del Metro, de la que salió inmaculado, y el escándalo de los juramentados, en el que la Presidenta le dio una colleja sin paliativos… Y Mariano, don Mariano, le tendrá que tener en su particular agenda azul, en la que apunte a los de su equipo, a aquellos hombres y mujeres capaces de estar con él en el reino de la nada. Un político (me refiero a Lamela) a prueba de bombas, consejos buenos no le han faltado, pero sólo escucha su sentido iano, desarrollado como olfato de Grenuille. ‘Esto es gestión' (Les Luthiers).
A volar con IBERIA…
