Philippa Rodríguez, de apellido español, como Rodríguez Zapatero, pero de acento y concepto anglosajón, ha dejado sin hilvanar las últas puntadas del traje que la crisis y la situación general han empujado a Astra Zéneca a reinventarse. La señora Rodríguez, que es una de las altas directivas de la Industria que menos se ha prodigado los Medios y los enteros, deja un sabor agridulce que sólo su salida, el tiempo y una buena caña podrán hacer que se reflexione y los hoy afectados entiendan sus decisiones…
Hoy se marcha a su Gran Bretaña natal a recibir el premio la labor realizada en España, y a buen seguro más de uno le preguntará la siesta, el ajo y el carácter de los españoles. Les tendrá que engañar, que conocer lo que se dice conocer… Y enterarse, lo que se dice enterarse…
Y, una vez más la Comunicación, la Ciencia de la verdad contada los que realmente la conocen, la dominan… sale perjudicada. Sólo se piensa en Comunicación cuando truena, como con Santa Bábara, patrona de los Artilleros… Lo cierto es que Philippa ha tenido y tiene la suerte de contar con una directora de Comunicación que es una gran conocedora de la realidad de los Medios… Sabe respetar, sabe completar y hace de maravilla los silencios que son tan necesarios cuando de personas, de economía y de crisis hablamos. Pilar García de la Puebla está salvando los trastos de Astra Zéneca, y viendo como la empresa es capaz de generar sinergias externas para que los gestores no den la cara, ello contratan a carísos asesores jurídicos laboralistas y olvidan que con el precio pagado esos dictámenes, el problema no habría ido más allá de un apretón de manos y no de pescuezo.
Pues lo dicho: Adiós a Philippa, hola a Paul Hudson (que esperemos no tenga un problema ‘Houston, Houston…'). Y gracias la profesionalidad con la que trata a los Medios a Pilar García de la Puebla…
Gracias a la Industria Farmacéutica sigo aquí…
Pedro Aparicio Pérez
Director de prnoticias.com










