El 57% de los madrileños utilizan el vehículo privado para sus desplazamientos diarios, centaje que ha descendido en los últos años: en 2005, lo utilizaban el 61%. Sin embargo, el uso ha aumentado para los desplazamientos con motivo de ocio, ya que hace tres años era utilizado el 12% de los residentes en Madrid, mientras que ahora el uso aumenta hasta el 16%, según la Cámara de Comercio.
Contra la concienciación medioambiental, que plica dejar el coche en casa y utilizar el transte público, los madrileños que se trasladan a diario en su vehículo particular arguyen que entre su casa y su lugar de trabajo hay mala comunicación (49%), que tardaría demasiado en transte público (29%), problemas de horarios (12%) o que es más cómodo trasladarse en el propio vehículo (10%).
Por otro lado, dadas la crisis económica y la crisis del sector automovilístico, el estudio de la Cámara desvela que sólo el 8% de las familias madrileñas se han embarcado en la adquisición de un coche entre octubre de 2007 y marzo de 2008. Además, el 30% de éstas cambiaron su idea inicial al concretar la compra.
¿Por qué? El factor económico es el desencadenante de la mayoría de estos cambios: el 24% se decidió al fin un modelo más barato del que había pensado en un principio, el 19% prefirió un vehículo de ocasión en vez de uno nuevo y el 17% formalizó una compra financiada frente a la amortización total que había decidido en un principio.
El estudio confirma que el cabeza de familia es el titular del vehículo en un 68% de las nuevas matriculaciones y además dirige su decisión de compra hacia segmentos de mayor precio, como monovolúmenes y todoterrenos. Además, el uso del vehículo cambia según quién sea su titular, ya que éste utiliza el vehículo para ir al trabajo cuando es el cabeza de familia, o para las compras y el transte de los hijos, cuando se trata de amas de casa.
Finalmente, no podemos achacar toda la polución madrileña a los vehículos de la capital, ya que están entre los menos contaminantes de España: la media de edad del parque automovilístico de la Villa ronda los seis años, lo que supone que, pese a todo lo anterior, la renovación del parque se ha mantenido a buen ritmo a lo largo de los últos años, sin que obstáculos como el fin del Plan Prever o la crisis económica hayan afectado a ese mercado, que vive, según la Cámara, una prolongada etapa de bonanza.
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