En una ceremonia inspirada en ‘un mundo feliz', con aires del universo Barton, Boris repitió en el festival, pero esta vez como maestro de ceremonias. La prera parte de la gala, en la que se entregaron los premios correspondientes a las categorías de Relaciones Públicas, Marketing Directo, Marketing Promocional, Interactiva y Radio estuvo marcada la gran tómbola de la publicidad, de la que un gigante recogía los distintos oros y grandes premios.
De esta manera, los pacientes Borja Puig de la Bellacasa, Joak Borgström y Carlos Pérez (presidentes de Below, Interactivo y Gráfica/Radio, respectivamente) iban entregando los oros ( cierto, alguno más aplaudido que otro), bajo la atenta mirada de un nostálgico Boris.
Como si de un partido de fútbol se tratara, hubo un descanso de quince minutos, que los unos aprovecharon para fumar, mientras que otros, algo más golosos, devoraban con placer esponjosas tiras de algodón de azúcar. Segundo tiempo y cambio de campo, en este caso de escenario, hacia el mundo de Lewis Carrol, creador de Alicia en el País de las Maravillas. Facto Delafé y Flores Azules fueron los encargados del saque inicial, aunque tanto les gustó que se sus componentes se quedaron como copresentadores. Boris, que insistía en aludir a su pasado más glorioso, seguía perdiendo los papeles del guión, que los otros hace tiempo que no sabe donde andan, mientras que Rafa Antón se erigía como nuevo protagonista de la gala.
Contrapunto Anmistía Internacional,*SCPF… Ikea y Doubleyou Atrápalo recogían el testigo de un pletórico Shackleton, gran triunfador de la noche con 18 premios (1 gran premio, 5 oros) y a la postre mejor agencia. Poco antes, Miguel Ángel Bañuelos, presidente de la AEAP y de BBDO España, recogía el premio reconociento a la mejor red (2 grandes premios en gráfica ALMAP BBDO Y BBDO CHILE), mientras que los de Tony Segarra y Luis Cuesta hacían tararear al público el ya célebre ‘en el salón no se juega'. Como en los cuentos, canción y final feliz. Hasta 2.009.










