RSF ha pedido al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, que adopte compromisos claros a favor de la libertad de prensa en el marco de la Conferencia para el desarrollo y la reconstrucción de Afganistán.
Cerca de siete años después de la caída del régen de los talibanes, Afganistán cuenta con cerca de 300 periódicos, entre ellos 14 diarios, más de diez canales de televisión y radios privadas, y siete agencias de prensa. El país nunca ha tenido tantos medios de comunicación y periodistas. Pero, paralelamente, la violencia contra la prensa no ha cesado de aumentar. Así, entre junio de 2007 y junio de 2008 RSF ha informado de al menos 18 agresiones, 23 amenazas de muerte, 14 detenciones y 4 secuestros, además de contabilizar decenas de casos de periodistas que han abandonado la profesión presiones externas.
RSF espera que Karzai se comprometa en esta Conferencia, ante la comunidad internacional en París, a arreglar algunos de los casos más tantes relativos a la libertad de prensa para no perder la confianza de los periodistas afganos y el apoyo de la opinión pública internacional, especialmente de los estados de la Unión Europea que le apoyan económica, militar y políticamente.
'Usted no puede ignorarlo, Señor Presidente, el caso del joven periodista Sayed Perwiz Kambakhsh ha conmocionado al mundo entero. Su condena a muerte, en un tribunal de MazariCharif, ha generado una oleada de legíta indignación. Más de un millón de personas han firmado ya la iniciativa del diario británico The Independent pidiendo la libertad del retero. Las recientes revelaciones sobre las torturas que le han infligido los miembros de los servicios de seguridad han arrojado una duda acerca de la capacidad de su gobierno para respetar las normas internacionales en la materia', escribe el secretario general de RSF, Robert Ménard en una carta dirigida a Hamid Karzai.
RSF recuerda también la 'inaceptable punidad que perdura en muchos casos, relativos a periodistas afganos. Así, la incapacidad de la policía y la justicia para coger a los asesinos de Zakia Kaki, directora de la Radio de la Paz, debilita sus compromisos internacionales en favor del respeto al Estado de derecho. Esa punidad ana a cometer más violencia con las mujeres periodistas. Desde el asesinato de Zakia Kaki, hace un año, decenas de periodistas afganas se han visto agredidas, amenazadas o reducidas al silencio. Solo su voluntad de resolver esos casos puede hacer que cesen los ataques. Sin actos, las palabras de calma de sus ministros carecen de cualquier eficacia'.
RSF recuerda que sólo en la provincia de Herat han agredido al menos a diez mujeres periodistas en los últos meses y que Rahullah Samandar, presidente de la Asociación de Periodistas Independientes Afganos (AIJA), considera que 'la inactividad de las autoridades es un elemento tante en el aumento de estos ataques'. Según Najiba Ayubi, directora del grupo de prensa TKG, la situación es particularmente preocupante en las provincias: 'La presencia de la comunidad internacional y de periodistas extranjeros en la capital obliga al gobierno a tolerar la libertad de prensa, incluso aunque no la quiera realmente. Pero en las provincias, los responsables hacen lo que quieren. Mientras esos hombres contrarios a la libertad de expresión dispongan de armas, y del apoyo del gobierno, no habrá esperanza para los periodistas'.