Cada mañana, Zapatero hace sus ejercicios espirituales. Toma papel y bolígrafo y ensaya la declinación de los eufemismos. En esa ascesis suele tropezarse con hallazgos notables. Es verdad que no todos los días del asceta son iguales. Los hay con buena cosecha, y otros que pasan estériles. El de ayer le trajo la visión de ‘momentos de dificultad'. Se ruega no confundir con ‘momentos difíciles', que es matiz es tante.
Con ese pan recién cocido se dispuso a recibir a los ‘agentes sociales' que es otro eufemismo para llamar sindicatos a los sindicatos, y patronos a los que lo son. Los sentó en Moncloa, y casi les regaló un tercio del asiento a cada uno, que les dijo que nada se hará si ellos no están de acuerdo. Es decir, que el poder se delega en tiempos difíciles, y se evitan las soluciones que puedan molestar, y además los ‘agentes' se hacen responsables de lo que decidan. Si las cosas van mal después de las decisiones, siempre será un error de todos.
Zapatero ha demostrado que no sabe gobernar cuando el viento sopla a favor. Ahora vamos a comprobar de qué es capaz cuando el bochorno sopla en contra.
ALFREDO URDACI, PERIODISTA
