De los remedios para esta ‘fase de desaceleración del ciclo', para este ‘periodo de dificultades', para la ‘fase baja del ciclo', los más llamativos son dos: el cambio de intensidad de los semáforos, y la camisa abierta de Sebastián, descorbatado. Lo de los semáforos ya clamaba al cielo. Ha tenido que ser un gobierno socialista el que ponga el acento en la contribución de las señales lumínicas urbanas sobre el cambio clático. El agujero de ozono no sería el mismo si no hubiésemos elinado los guardias de la circulación, aquellos urbanos que dirigían el tráfico vestidos con un gorro blanco y una ra del mismo color.
Respecto de Sebastián yo tuve dudas. No sabía si se trataba de un manifiesto metrosexual, ponerle algún prefijo, o del intento de recordar que en la Cámara pera la misma medida maoísta, dictada esa misma mañana el ministro, para que la temperatura de la administración no baje de 24 grados. El pérfido Bono, siempre peripuesto, le mandó una corbata con leones y la rechazó. ¿Qué debería haber tenido la corbata para que Sebas se hiciera el nudo? ¿Por qué es tan torpe este hombre con los gestos políticos? Prero fue aquella foto de Corulla, ahora este descamisamiento izquierdista, tan de energía alternativa, tan de lavar la ropa de madrugada.
Este gobierno se comta con la crisis como una cuadrilla de vegetarianos ante un tigre, que es anal de vocación carnívora. Con unas velas de sebo, mucho paseo, y los semáforos apagados, terminamos con esta situación. Claro que para esto hace falta mucha pedagogía, así que nos espera una larga temada en la que nos dirán lo que tenemos que hacer. A eso en el maoísmo se le llamaba ‘reeducación'. Porque aunque usted no quiera el gobierno sabe lo que usted tiene que hacer para resolver esta crisis, que no ha venido más que culpa de usted mismo.
Ante la crisis, el gobierno solo tiene dos discursos. El prero es que el culpable es el ciudadano, que tiene que dejar de gastar petróleo. El segundo se lo guardan para cuando la cosa se agrave. Consiste en repetir que cualquier recesión pasada fue peor. Y Sebastián se irá quitando ropa, hasta llegar al parlamento en bermudas.
ALFREDO URDACI, PERIODISTA










