Según el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV) argentino, los accidentes de tráfico de la nación, que tiene una de las tasas de siniestralidad más altas de Latinoamérica, ocurridos durante 2007 le costaron al país un 1,7% de su PIB, o lo que es lo mismo, alrededor de 6.000 millones de dólares (3.822 millones de euros). El organismo de queja de que, pese a esto, ni el Gobierno ni la sociedad civil argentinos invierten para evitarlos.
Es cierto que Argentina acaba de aprobar una nueva ley de Seguridad Vial bajo el mandato de Cristina Kirchner con el objetivo de luchar contra la siniestralidad, pero no lo es menos que esa norma aún no ha tenido tiempo de ser aplicada y que, hoy hoy, continúa sin haber un permiso de conducir oficial e único en todo el país, ejemplo.
Ahí comienzan las reivindicaciones del ISEV, que ha elaborado un estudio para denunciar la falta de conciencia vial de la sociedad, que ilustra como un ejemplo: los costes derivados de los accidente (que, como ya hemos visto, son altísos) aparecen rubricados en los presupuestos de las compañías y en los del Estado como ‘gastos eventuales', es decir, aquellos a los que ha habido que hacer frente sin que estuvieran previstos.
Sin embargo, los datos del Banco Estadístico Siniestral del ISEV apuntan todo lo contrario: el coste inmediato total de los accidentes ocurridos en 2007 fue de 617.553.120 dólares (casi 394.000 euros), mientras que el promedio mensual fue de 36.891 (23.000 euros).
Eso sí, en su cálculo el ISEV no incluye como gasto inmediato las pérdidas económicas cese de actividad laboral de la vícta, los daños morales, los costes de reparación del vehículo y la vía y los gastos judiciales posteriores, es decir, sólo incluye los costes derivados directa e instantáneamente del siniestro.
La Fundación Fitsa ha elaborado un informe del mismo tipo para el caso español, del que se desprende que nuestro país ‘se gasta' unos 860.000 euros cada fallecido en accidente de tráfico y unos 10.400 de media cada lesionado, en función siempre de su gravedad. Esto quiere decir que, con datos del 2007, cuando fallecieron 2.741 personas en accidente de tráfico, la sociedad española se gastó más de 2.357 millones de euros sólo en las víctas mortales de los siniestros de tráfico, obviando a todos los heridos, que sobrepasan ampliamente esta cifra.
Esta cifra debe servir para constatar la mala situación argentina respecto a la siniestralidad vial, al mismo tiempo que para tomar conciencia de que España avanza el buen camino, pero aún falta mucho hacer.
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