Es, en España, el periodista sanitario excelencia. José María Catalán, ahora miembro del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad y Consumo, ha sido durante años responsable de Salud en Radio 5 y conductor del programa Cuadernos de Salud en Radio 1. Sabe mejor que nadie cómo ha evolucionado el sector y el cambio 'significativo', tal y como lo define él, de cómo la sociedad percibe el papel de los periodistas.
Los periodistas se han convertido, en cierta manera, en tavoces de los Pacientes que acuden con 'asiduidad' a ellos, magnates de la Comunicación y movilizadores de masas, gracias a medios como la televisión, la radio, la prensa e Intet, que llegan a millones de personas y pueden hacer ‘más fuerzas' que las Asociaciones de Pacientes, también íntamente relacionadas con los medios de Comunicación ya que, aunque la unión hace la fuerza, más lo hace la movilización masiva.
En este sentido, señaló que a las sociedades científicas también les interesa que los Pacientes sean personas formadas y aquí empieza una de las tareas de los periodistas. ¿Deben ellos formar a los Pacientes? Ese es uno de sus cometidos. Catalán apuesta, igual que sus compañeros, la especialización de los profesionales y una formación en la materia y autocrítica en sus decisiones que les permita explicar e interpretar una realidad a la que ellos tienen acceso para hacérsela más fácil a los usuarios finales de esta información: los Pacientes y la sociedad en general.
Como periodista radiofónico se centró en la difusión de los temas de Salud a través de las ondas y apostó este formato, al que calificó de 'adecuado para actuar como altavoz de los Pacientes ignorados y de las enfermedades olvidadas'. Sin embargo criticó de estas empresas que hagan sangre de los temas polémicos en cuanto a la Salud se refiere. Excesiva sensiblería y un lenguaje demasiado sencilla que en muchas ocasiones se convierte en reduccionista y se guía más el entreteniento, dejando de lado el rigor puramente informativo.
Además, reprobó que los profesionales no conocen en muchas ocasiones a sus receptores, les falta espíritu crítico y erudición. Se tiende a la splificación e ta más la cantidad que la calidad.
