Y lo dijo. Utilizó la palabra crisis para recordar que algunos no están en crisis. Entre ellos están algunos de sus amigos, a los que ha utilizado para intervenir en la vida de las empresas, para meter la mano del Estado en todo tipo de operaciones, claras y oscuras, urdidas para modificar el control de algunas sociedades.
Ha sido nombrar la crisis, y contener la respiración, ver si sucedía algo nuevo, comprobar si al decirla se producía una hemorragia de parados. Y no fue nada. Eso sí, les devolvió la crisis a los ricos, como si fuera un bofetón. Y eso es un aviso de medidas populistas, si las cosas se ponen feas.
La siguiente fase de comunicación del gobierno será diferente. El Servicio de Estudios del BBVA advierte que el creciento del segundo trestre del año ha sido cero. Cero Zapatero. El gobierno nos contará a partir de ahora que esta recesión será diferente de las otras, más ligera, más liviana. Gracias al gobierno, sin duda.
Pero la profundidad de la crisis está muy lejos del optismo falso de Zapatero. Y traerá déficit, mucho que el presidente del gobierno prometa que ese escenario no llegará. La mañana nos trae la agen que lo prueba: los parados han vuelto a las oficinas de empleo.
ALFREDO URDACI, PERIODISTA
