Será la celebración de la nada. Cien días de asueto. Los preros noventa fueron para retozar sobre la crisis del PP, mullido colchón sobre el que el gobierno se echó una siesta. Despertaron y la crisis todavía seguía ahí, como el dinosaurio, pertérrita, tozuda, contumaz. Resistía a todo optismo. Y tuvieron que admitirla cuando ya estaba en todas las casas. Ahora sólo esperan que la recesión sea menos fuerte que otras de la historia, para ganar comparación. No han tomado una medida. No han gobernado. Han intentado confundirse con la masa sufridora del temor de que llegue la rebaja. Hace un año estábamos quejándonos los mileuristas, escuchando su queja el precio de las viviendas. Ahora, callados, piden que no les toque a ellos. Y el gobierno dice que mantendrá su política social. Que no. Que la única política social admisible, la única que se puede llamar social es crear empleo, o evitar que se destruya. Lo demás ni es política ni es social, es mantenerse en el poder con el dinero de otros. Y así cien días. Y esperan llegar a los mil doscientos. Que nos pille confesados.
ALFREDO URDACI PERIODISTA