Cuando Luis Fernández decidió embarcarse en la aventura que supone ser el prer presidente de la Coración RTVE, sabía dónde se metía. Por ello, se aseguró de que tanto él como sus colaboradores más estrechos tuvieran las espaldas cubiertas si su gestión no colmaba las expectativas generadas. De esta manera, mientras los profesionales ‘de toda la vida' se ven relegados con relativa facilidad, los ‘nuevos' se aseguran indemnizaciones multillonarias.
Un Luis Fernández exultante se hacía la foto ayer con el equipo del ente que cubrirá los próxos Juegos Olímpicos de Pekín: doscientos profesionales, mil horas de emisión y unas instalaciones de 750 metros cuadrados marcarán un despliegue exagerado para muchos, sobretodo para los que consideran que la Coración se ha desviado de sus propósitos iniciales y enfila peligrosamente el camino que llevó al antiguo ente a presentar un déficit estratosférico.
Precisamente, entre este grupo de opositores se encuentran aquellos que ven con cada vez más recelo las decisiones de Fernández, con contrato hasta 2.012, sobretodo el nombramiento de Juan Pedro Valentín como director del Canal 24 Horas, una decisión que se le olvidó comunicar al consejo de informativos de TVE, además del hecho de que Valentín seguirá escribiendo para Público.
Tal y como adelantó prnoticias hace un par de semanas, 2.009 será un año clave para la continuidad o no de Luis Fernández al frente del Consejo de Administración de CRTVE: el gasto en derechos detivos, la externalización de contenidos y el fichaje de altos directivos son armas de doble filo que podrían precipitar su salida del Ente si los resultados no son satisfactorios, aunque si ello se produce, el riojano tiene un as bajo la manga: un contrato blindado que cubriría con creces sus necesidades y la de sus más estrechos colaboradores (Javier Pons, entre ellos), en el caso de que quisieran resolver su vinculación antes de la fecha de expiración de mandato.
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