Del splismo de pensar que Logística es el Transte, a la exigencia de los ciudadanos colombianos de un servicio integral pasando la nacionalización de la Logística. A continuación publicamos un editorial de Farouk Kattán en el diario colombino 'El País'.
¿Transte o logística?
Agosto 11 de 2008
Los repetitivos paros del servicio de transte de carga, separados no soluciones sino treguas, nos invitan a reflexionar y actuar sobre el tema, dado que cada uno de estos episodios le cuesta al país en dinero y en confianza en su funcionalidad.
Durante la historia de la humanidad, el traslado de productos de su lugar de origen (cultivos, minas, fábricas) adonde son necesitados o apetecidos ha sido de prordial tancia y fundamento de la civilización y del progreso.
Si bien con splismo a veces se piensa que transte es solamente subir una carga a un medio, trasladarla y bajarla en su destino, ello no es así cuanto, desde tiempos inmemoriales, de nada sirve llevar una mercancía si llega deteriorada, contaminada, a destiempo, con recargos innecesarios de costos y en el camino es saqueada.
El desarrollo tecnológico y costumbrista de cada época ha provisto alguna idea para mejorar el transte. Así, ha nacido paulatinamente la logística, que si bien tiene como columna vertebral el transte mismo, lo complementa con servicios afines necesarios para que la movilización de la mercancía no distraiga al cliente despachador o receptor con deficiencias, reclamos o recargos y lo apoye con almacenamiento y distribución.
En Colombia la logística ha tenido avances considerables en los últos años, estulada la economía de escala y la necesidad de ganar competitividad. Además, que la gente ha aprendido a exigirle al transte un servicio integral y en las ciudades se ha desarrollado la compatibilidad entre el transte de carga y el ordenamiento urbano (terminales privados y colectivos y puertos secos) y se busca manejar el transte intermodal. Pero con un desarrollo muy desigual y hasta conflictivo entre actores.
Colombia ha cometido un gravíso error al concentrar todo el manejo de la ‘cosa logística' en el Ministerio que antes se llamaba de Obras Públicas, definición enmarcado mental y operativamente en la construcción de la infraestructura, esencia de la movilidad, es cierto, pero que no comprende todo el aspecto de la logística como un servicio integral.
Es quizá ello que los paros camioneros terminan siendo diálogos tipo Torre de Babel y en componendas puntuales inducidas el desespero para "parar el paro" y no que se haya alcanzado una solución integral y permanente.
Y es que la solución no se encontrará sino cuando el transte se maneje como una política integral de Estado, lo vital que es, y dentro de la cual se armonicen todos los elementos estructurales y administrativos de Gobierno y de costos que produzcan una logística operativa como componente de la funcionalidad nacional.
También deben quedar atrás algunos costumbrismos, nacidos de la precariedad del empresariado del transte, que en muchos casos es rudentario, pues ya no se puede, como dicen algunos folclóricamente, "vivir de un camión" (y en algunos casos no una persona sino varias), figura que se atraviesa en la modernidad, a menos que se aglutine en esquemas serios de cooperativismo, como ha ocurrido en otros países y en Colombia misma.
No menos tante es que los trámites y los controles en nuestras vías y terminales no se hagan a costa de camiones ociosos ineficiencia de la entrega y del recibo de las mercancías y caprichos de autoridades y de reyezuelos de terías.
