Acudir a un centro sanitario en algún país de Europa puede resultar difícil cuando no se domina el idioma del país en cuestión y el médico que asiste al paciente tampoco conoce su historia clínica. Para evitar este problema, que cada vez es más frecuente debido a la mayor movilidad de los ciudadanos europeos, algunos países de la Unión se han aliado para plantar la historia clínica digital en Europa.
Con este proyecto, denominado epSOS (european patients Smart Open Services) que se iniciará en septiembre y para el que se invertirán 22 millones de euros atados los países participantes y la otra mitad la Comisión Europea, se busca mejorar la asistencia de los pacientes facilitando a los profesionales sanitarios el acceso a la información médica relevante en sus propias lenguas.
De este modo, en un plazo de tres años profesionales sanitarios podrán acceder electrónicamente a los datos de un paciente de otro país al mismo tiempo que las farmacias podrán dispensar recetas expedidas otros estados miembros de la UE.
Para llevar a cabo el proyecto se han ideado dos fases. En la prera de ellas se examinará la plantación y la cobertura de los sistemas de la historia clínica digital, comprobando su uso adecuado. La segunda fase comenzará en 2010 y se probarán y validarán estas características en casos reales.
El Ministerio de Sanidad en Consumo español, en colaboración con las comunidades de Andalucía, Castilla la Mancha y Cataluña liderarán tres grupos de trabajo: el que definirá los datos esenciales incluidos en la historia clínica, el de la receta electrónica y el que definirá las condiciones que deben reunir los lugares en los que se pruebe el proyecto.
El resto de países participantes son Alemania, Austria, Dinamarca, Eslovaquia, Francia, Grecia, Holanda, Italia, República Checa, Reino Unido y Suecia.
